La palabra empatía proviene etimológicamente de su raíz griega ∏αθεûv, epathón, sentir, y del prefijo εv, preposición inseparable que significa dentro.
¿Qué significado tiene la palabra empatía?
¿Qué es la Empatía? La capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, la empatía nos permite ver las cosas desde la perspectiva del otro en vez de la nuestra. Es una habilidad crucial que permite las relaciones sociales y profesionales, desarrolla la conciencia de uno mismo y contribuye a un mundo equitativo y pacífico.
¿Dónde la palabra empatía?
Esta palabra proviene del griego, empátheia, que quiere decir «emocionado». A principios del siglo XX, el área de la psicología decidió adoptar esta palabra y expandir su significado original: hoy en día es considerada el componente más importante de la inteligencia emocional.
¿Qué significa la palabra empatía en la Biblia?
La empatía es la percepción que tenemos sobre una persona con relación a lo que piensa, siente o hace considerando las emociones, necesidades y problemas para poder entender que es lo que sucede que origina sus reacciones, lo que piensa y lo que siente.
Así lo define Rivero Guzmán en su artículo Empatía, el arte de entender a los demás (2019). Cuando al sentirnos abatidos por alguna situación la compartimos con alguien que nos atiende y se coloca en nuestro lugar ciertamente estamos hablando de una persona con una capacidad empática de conectarse con la necesidad del otro.
Todo este proceso de conexión con la otra persona tiene una explicación desde el punto de vista neurobiológico. En su artículo, Mariana López, Vanessa Arán Filippetti y María Cristina Richaud (2014) nos plantean que la empatía es un proceso de percepción y acción.
- Esto significa que la percepción del comportamiento de otra persona activa en el que observa respuestas autonómicas y somáticas que crean una experiencia emocional en el observador que concuerda con la del observado.
- Sin embargo, esto depende de la sensibilidad de la persona que observa y se conecta con la persona identificada.
El hecho de captar alguna emoción mediante el lenguaje no verbal hace posible este encuentro, esta cercanía. Por otro lado, Irene Fernández-Pinto, Belén López-Pérez y María Márquez (2008) nos comentan que la empatía es una emoción que tienen que ver con la disposición interna y que no depende tanto del sujeto sino de las características que una situación provoque o propicie, pero aun así el sujeto es influenciado por las manifestaciones del contexto en cuestión.
En el Nuevo Testamento encontramos al mejor modelo de empatía que podamos considerar: Jesús de Nazaret. En las lecturas de algunas narrativas neotestamentarias se puede ver a Jesús atendiendo varias situaciones que requerían de la capacidad comunicativa y de tacto que Jesús poseía. En diversas ocasiones Jesús hacía contacto con personas que la sociedad judía marginaba, ya fuera por condiciones sociales o de salud que eran consideradas impuras.
Su sensibilidad hacía del encuentro uno sanador y de humanización. Por ejemplo, tras su encuentro con los leprosos y con las personas de dudosa reputación, los pecadores y demás personas que vivían al margen de la sociedad judía podían sentirse amadas y respetadas por la acción de misericordia que Jesús les manifestaba.
- Otro ejemplo en el Nuevo Testamento lo es el de la mujer samaritana (San Juan 4:1-42) en donde vemos a Jesús teniendo un diálogo muy interesante con ella en el pozo de Jacob.
- Jesús puso en práctica el Curso de Empatía 101.
- La relación de samaritanos y judíos no era la mejor, por lo que cuando Jesús le pidió agua ella le respondió despectivamente tratando de imposibilitar cualquier oportunidad de diálogo, pero lo importante es que Jesús logra la conexión y empatiza con la samaritana.
Cuando nos conectamos con las personas logramos un gran avance para humanizarlas y dignificarlas. A continuación quisiera compartir cinco características de la empatía que se encuentran en el artículo de Rivero Guzmán.
Saber escuchar: A las personas empáticas les gusta establecer relaciones enriquecedoras. Comprender al otro: La empatía también supone la capacidad de comprender los sentimientos, emociones e ideas de la otra persona. Identificarse con el otro: Una persona empática puede ponerse en la situación emocional del otro y entender de manera profunda sus sentimientos, miedos y creencias. Ser solidarios: Una persona empática tiene una elevada sensibilidad hacia lo que siente o padecen las otras personas. Es la disponibilidad de ayudar al otro en su necesidad. Ser respetuosos: Implica respetar al otro en sus sentimientos, ideas, conductas y decisiones.
No todo el mundo tiene ese don de conectarse y de tener la sensibilidad de comprensión hacia los sentimientos de las demás personas. Quien posee esta fascinante cualidad no solamente se conecta, sino que entiende lo que siente la persona en necesidad.
Estamos en un mundo donde lamentablemente vivimos nuestras vidas independiente de lo que le sucede a nuestro prójimo. La misma situación de la pandemia con el distanciamiento físico, necesario para nuestra salud, poco a poco ha ido gestando actitudes enajenantes en las personas. De ninguna manera podemos permitir que el estado de situación que nos ha tocado vivir se prolongue más allá cuando volvamos a una supuesta normalidad.
Necesitamos mantener la comunicación, aunque a distancia para no dejar morir la humanidad que llevamos por dentro. Referencias: Guzmán, A.M. (2019). Empatía, el arte de entender a los demás. Universidad de San Simón. https://www.researchgate.net/publication/344251685_Empathy_the_art_of_understanding_others Márquez, M., Pérez-López, B., & Pinto-Fernández, I.
- 2008). Empatía: Medidas, y teorías y aplicaciones en revisión.
- Anales de Psicología, 24 (2), 284-298.
- Https://www.um.es/analesps/v24/v24_2/12-24_2.pdf Richaud, M., Filippetti, V., & López, M.
- 2014, enero-abril).
- Empatía: Desde la percepción automática hasta los procesos controlados.
- Avances en Psicología Latinoamericana, 32 (1), 37-51.
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-47242014000100004&lng=en&nrm=iso&tlng=es
¿Qué es lo opuesto a la empatía?
Ecpatía es un nuevo concepto, complementario de empatía, que permite el apropiado manejo del contagio emocional y de los sentimientos inducidos. Definimos empatía como la acción y la capacidad de comprender, ser consciente, ser sensible o experimentar de manera vicariante los sentimientos, pensamientos y experiencias de otro, sin que esos sentimientos, pensamientos y experiencias hayan sido comunicados de manera objetiva o explícita.
- Como tal, es una herramienta útil en psicología y en medicina.
- La capacidad de ser empático es considerada como una habilidad básica en las relaciones humanas.
- Lo contrario de la empatìa es la ecpatìa, definida como un proceso mental voluntario de exclusión de sentimientos, actitudes, pensamientos y motivaciones inducidas por otro.
Se discute el desarrollo de la capacidad ecpática y su aplicación en el manejo de la identificación proyectiva.
¿Cuál es la diferencia entre empatía y simpatía?
Diferencias entre empatía y simpatía – Examinando la etimología de ambas palabras rápidamente ya nos damos cuenta de una gran diferencia: la empatía implica ser capaz de poder examinar el mundo interno del otro desde dentro, es decir, vibrar con él, intentar captar lo que aquel tiene dentro e intentar comprenderlo con mis propias herramientas mentales y emocionales.
- Esto, sin duda, implica ser capaz de abstraerse del propio sentir o pensar para hacerse suyo, a través de la comprensión empática, aquello perteneciente al otro.
- Por otro lado, la palabra simpatía, hace más referencia a la puesta en común de ambas individualidades en un intento de sintonizar emocionalmente sin que por ello nadie deba hacer abstracción de lo que piensa o siente.
Podemos afirmar que la simpatía tiene más que ver con la expresión subjetiva de sentimientos y pensamientos, mientras que la empatía busca la comprensión objetiva del mundo interno del otro. Es importante tener en cuenta que la empatía es una cualidad de la relación humana sin la que nuestra mente no hubiera podido estructurarse saludablemente y aprendido a establecer relaciones con el mundo ni consigo misma en una cierta armonía y seguridad, ya que para que seamos capaces de dar sentido a nuestro propio mundo interno alguien ha tenido que hacerlo antes por nosotros.
¿Dónde empieza la empatía?
julio 13, 2018 Como padres, nuestro trabajo más importante es criar a nuestros hijos para que sean personas de bien. Queremos que nuestros pequeños sean amables, considerados, educados. y muchas cosas más. Por eso, hoy en Educo hablamos sobre la empatía, uno de los pilares de la socialización. ¿Nos acompañas a descubrir qué y cómo podemos fomentarla en los niños?
La empatía es la capacidad que nos permite observar lo que otra persona siente y ponernos en sus zapatos. Se trata de un concepto complejo que implica ser receptivo a las emociones de las personas que nos rodean y tener la capacidad de identificarlas a través de sus gestos y palabras, comprender lo que el otro siente y apreciar la situación sin juzgar al implicado.
Seguramente te estés preguntando si eso es todo. Pues no, la empatía no se relaciona solamente con el descubrimiento y entendimiento de las emociones del prójimo sino también con nuestra propia sensibilidad en relación con esas emociones. Así, se espera que si un amigo nuestro está triste y llora, sintamos la necesidad de consolarle, por ejemplo.
La empatía se desarrolla a lo largo de la vida. Si bien es cierto que tenemos una empatía innata, que se ve claramente cuando el hermano mayor llora y el hermanito de apenas unos meses llora también, la empatía forma parte del aprendizaje social. En psicología se distinguen diferentes etapas del desarrollo empático:
- Empatía emocional: Se tata de la empatía que mencionamos en el ejemplo del bebé y su hermano mayor. Se da durante el primer año de vida, cuando el bebé aún no se sabe diferente a quienes le rodean.
- Empatía entre el año y los dos años: La empatía evoluciona junto con el niño y ya sabe que los demás son personas externas a él y es capaz de darse cuenta cuando otra persona se encuentra mal. Sin embargo, no sabe bien cómo consolarle.
- Empatía cognitiva: Sobre los seis años el niño sabe que sus sentimientos y emociones son diferentes de quienes le rodean. Aquí empieza el desarrollo de la empatía como nosotros la entendemos.
- Empatía entre los 10 y 12 años: La empatía en su máxima expresión se presenta en la pubertad cuando los niños son capaces, no solo de preocuparse por quienes le rodean, sino también por personas a quienes no conocen. Por ejemplo, aparece la preocupación social por quienes no tienen comida o techo.
La respuesta es muy sencilla: los niños empáticos se convertirán en adultos empáticos y justamente lo que necesitamos en este mundo es empatía, es ponerse en el lugar del otro, sentir lo que el otro siente y querer ayudarle. Un niño empático es capaz de distinguir las emociones de otras personas, ponerse en sus zapatos y actuar para consolarlas o ayudarlas.
Esto es fundamental como prevención del bullying, Como lees, la empatía es un pilar esencial en la lucha contra el acoso escolar. ¿Por qué? Pues porque un niño empático no será un niño agresivo ni mucho menos un bully, sino un niño que buscará crear y mantener amistades. Lejos de ser destructivo, un niño que practica la empatía es un niño que construye relaciones.
Básicamente podríamos decir que los niños empáticos son capaces de construir relaciones sanas y sólidas y, por ende, serían capaces de cambiar la sociedad. ¿Y no es eso lo que deseamos: hijos convertidos en adultos responsables, sanos, respetuosos y compasivos? ¿Una sociedad menos violenta, más igualitaria y contenedora? Ese cambio empieza por nosotros, los padres y maestros.
- Da ejemplo: Este suele ser siempre nuestro primer consejo. Si quieres un hijo empático, ¡demuestra tú también empatía! Para ello, escúchale y muéstrale afecto cuando tenga un problema o, simplemente, no se sienta del todo bien.
- Otórgale importancia a lo que te cuente: Tómate el tiempo para darle valor a cada palabra que salga de la boca de tu hijo.
- Presta atención a sus sentimientos y no les juzgues por ellos: Es importante que los padres evitemos los juicios de valor como “deja de llorar por tonterías”, “pareces pequeño llorando así”.
- Acepta que cada persona tiene sus propias emociones y sentimientos.
- Expresa tus sentimientos y ayuda a tu hijo a entenderlos.
- Consuela a tus hijos cuando estén tristes.
- Habla con él: Mirar una película, jugar o leer un cuento puede ser una buena oportunidad para ponerse en el lugar de algún personaje y preguntar a tu hijo qué haría él en tal o cual situación.
La empatía se aprende y se practica. Si tu hijo siente que tú eres empático con él, seguramente intentará imitarte. Además, practicar la empatía le ayudará a que esta respuesta surja de manera natural frente a las diferentes circunstancias que viva. Derechos de las imágenes: asierromero/Freepik, Freepik, asier_relampagoestudio / Freepik acoso escolar, Actividades en familia, educación, empatía, planes, Psicología infantil, sentimientos
¿Qué otro nombre recibe la empatía?
La empatía es la habilidad cognitiva de una persona para comprender el universo emocional de otra. Empatía deriva del término griego empátheia, y recibe también el nombre de inteligencia interpersonal (término acuñado por Howard Gardner ). Antes de continuar será necesario separar dos conceptos que a veces se confunden, empatía y simpatía, A la empatía se la conoce como inteligencia personal.
¿Qué dijo Jesús sobre la empatía?
Cómo desarrollar la empatía para ministrar Principios de ministración Ministrar es elevar. Podemos elevar a los demás cuando tratamos de entender lo que están experimentando y demostramos que estamos dispuestos a ayudarlos a lo largo del camino. Debido a que nuestro Padre Celestial desea que lleguemos a ser como Él, los desafíos que afrontamos en esta vida pueden convertirse en oportunidades para aprender si confiamos en Él y permanecemos en la senda. Lamentablemente, permanecer en el sendero puede ser particularmente difícil cuando sentimos que afrontamos esas pruebas solos.
- Sin embargo, nunca se dispuso que recorriéramos el camino solos.
- El Salvador logró una empatía perfecta, descendiendo debajo de todas las cosas a fin de saber cómo socorrernos en nuestras aflicciones y debilidades (véanse ; ).
- Él espera que cada uno de nosotros sigamos Su ejemplo y que también demostremos empatía.
Todo miembro de la Iglesia ha hecho convenio de “llorar con los que lloran; sí, y consolar a los que necesitan de consuelo” (Mosíah 18:9). A pesar de nuestros desafíos, en las Escrituras se nos enseña que miremos a nuestro alrededor y ” las manos caídas y las rodillas debilitadas” y que ” sendas derechas para tros pies, para que el que es cojo no se salga fuera del camino” (; véanse también ; ).
- Cuando tomamos a los demás de la mano, permitimos que se apoyen en nosotros y andamos con ellos, los ayudamos a permanecer en la senda el tiempo suficiente para que el Salvador no solo los convierta —uno de los propósitos clave de la ministración—, sino también los sane (véase ).
- La empatía es comprender los sentimientos, los pensamientos y la situación de otra persona desde su perspectiva en vez de la nuestra.
Tener empatía es importante en nuestros esfuerzos por ministrar a los demás y cumplir nuestro propósito como hermanos y hermanas ministrantes; nos permite ponernos en los zapatos de otra persona. Se cuenta la historia de un hombre Santo de los Últimos Días tímido que a menudo se sentaba solo en la última fila de la capilla.
Cuando un miembro del cuórum de élderes falleció repentinamente, el obispo dio bendiciones del sacerdocio para consolar a los miembros de la familia del élder. Las hermanas de la Sociedad de Socorro les llevaron comida. Amigos y vecinos bienintencionados visitaron a la familia y dijeron: “Avísennos si hay algo que podamos hacer para ayudar”.
Sin embargo, cuando ese hombre tímido visitó a la familia más tarde aquel día, tocó el timbre, y cuando la viuda respondió, simplemente le dijo: “He venido a limpiar sus zapatos”. En un par de horas, todos los zapatos de la familia se hallaban limpios y lustrados en preparación para el funeral.
- El domingo siguiente, la familia del élder que había fallecido se sentó junto al hombre tímido en la última fila.
- Allí había un hombre que satisfizo una necesidad que no había sido resuelta.
- Tanto ellos como él fueron bendecidos por su minstración guiada por la empatía.
- A lo largo de los últimos 30 años, un número cada vez mayor de investigadores ha estudiado la empatía.
Aunque muchos de ellos abordan el tema con diferentes métodos, la mayoría está de acuerdo en que la empatía es algo que se puede aprender. A fin de mejorar nuestra capacidad de sentir empatía, es útil comprender mejor la forma en que funciona. Las siguientes sugerencias se aceptan, en general, como elementos básicos de la empatía. La empatía requiere cierta comprensión de la situación de los demás. Cuanto mejor comprendemos sus circunstancias, más sencillo es entender cómo se sienten al respecto y qué podemos hacer para ayudar. Escuchar activamente, hacer preguntas y deliberar en consejo con ellos y con otras personas son acciones importantes para comprender su situación.
- “Cinco cosas que hacen los buenos oyentes”, Liahona, junio de 2018, pág.6.
- “Deliberar en consejo en cuanto a sus necesidades”, Liahona, septiembre de 2018, pág.6.
- “Obtener ayuda para ayudar a los demás”, Liahona, octubre de 2018, pág.6.
Conforme procuremos comprender, debemos tomar tiempo para entender su situación específica en vez de hacer suposiciones basadas en la experiencia similar que otra persona haya tenido. De otro modo, es posible que nos equivoquemos y los hagamos sentir incomprendidos. En nuestros esfuerzos por guardar el convenio de llorar con los que lloran y consolar a los que necesitan de consuelo (véase ), también podemos pedir en oración que el Espíritu Santo nos ayude a entender lo que alguien puede estar sintiendo y cómo podemos ayudarle.
- No obstante, cuando comprendemos las circunstancias de otra persona, cada uno de nosotros —ya sea que suceda de forma natural o no— puede llevar a cabo el ejercicio de imaginar qué pensaría o sentiría si estuviese en la situación de ella.
- Al hacerlo, podemos dejar que nuestros propios pensamientos y emociones guíen nuestra respuesta.
Al llegar a comprender las circunstancias de otras personas e imaginarnos cómo nos sentiríamos en su situación, es importante que tengamos cuidado de cómo las juzgamos (véase ). El criticar cómo alguien llegó a una situación puede llevarnos a ignorar el dolor que dicha circunstancia está causando. Cómo respondemos es importante porque es de esa manera que demostramos nuestra empatía. Hay un sinfín de formas de comunicar nuestra comprensión tanto de manera verbal como no verbal. Es importante recordar que nuestro objetivo no es necesariamente solucionar el problema.
- A menudo la meta es simplemente elevarlos y fortalecerlos al hacerles saber que no están solos.
- Eso podría significar el decir cosas como: “Estoy muy agradecido de que me lo haya dicho” o “Lo siento mucho; sé cómo es eso” o “Eso debe ser doloroso”.
- En todos los casos, nuestra respuesta no puede ser una actuación; debe ser genuina.
Y cuando sea apropiado, ser lo suficientemente vulnerables como para dejar que la otra persona vea nuestras debilidades e inseguridades puede crear un vínculo valioso. Al considerar las circunstancias de las personas a las que usted ministra, imagine que se encuentra en la situación de ellas. Ore para comprender cómo se sienten y qué le parecería lo más provechoso si usted estuviera en sus zapatos. La respuesta tal vez sea simple, pero será significativa. Notas
- Véanse W. Ickes, Empathic Accuracy, 1997; y M.L. Hoffman, Empathy and Moral Development: Implications for Caring and Justice, 2000.
- Véase, por ejemplo, Emily Teding van Berkhout y John M. Malouff, “The Efficacy of Empathy Training: A Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials”, Journal of Counseling Psychology, 2016, tomo 63(1), págs.32–41.
- Véanse, por ejemplo, Brené Brown, I Thought It Was Just Me (But It Isn’t), 2008; Theresa Wiseman, “A Concept Analysis of Empathy”, Journal of Advanced Nursing, 1996, tomo 23, págs.1162–67; y Ed Neukrug y otros, “Creative and Novel Approaches to Empathy: a Neo-Rogerian Perspective”, Journal of Mental Health Counseling, tomo 35(1) (enero de 2013), págs.29–42.
- Véase Henry B. Eyring, “El Consolador”, Liahona, mayo de 2015, págs.17–21.
Los artículos “Principios para ministrar” tienen como fin ayudarnos a aprender a cuidarnos los unos a los otros, no compartirse como mensaje durante las visitas. A medida que conozcamos a aquellos a quienes sirvamos, el Espíritu Santo nos guiará para saber qué mensajes podrían necesitar, además de nuestro cuidado y compasión.
- Jesucristo ministró con empatía Cuando el Salvador se apareció a los nefitas, les enseñó hasta que se dio cuenta de que no podían comprender todo lo que Él tenía para enseñarles.
- Sin embargo, Él también sabía que no querían que se marchara.
- Su respuesta fue dejar de enseñarles por medio de explicar el Evangelio y, en cambio, les ministró según sus necesidades temporales, invitándolos a que llevaran ante Él a aquellos que estuviesen enfermos, cojos, ciegos o lisiados.
Él los sanó. Luego oró por ellos y ministró a sus hijos, pasando tiempo con cada uno de ellos de forma individual para bendecirlos. ¿Qué aprendemos del ejemplo de empatía del Salvador cuando ministró a los nefitas? : Cómo desarrollar la empatía para ministrar
¿Qué dice Jesús de la empatía?
3. Jesús adaptó Su amor – Por último, la vida de Jesús demuestra que la empatía encuentra su expresión más plena al amar a los demás de la manera en que necesitan ser amados. Nefi enseñó que el Salvador ” no hace nada a menos que sea para el beneficio del mundo; porque él ama al mundo” ( 2 Nefi 26:24 ).
- A veces, Su amor consistía en ofrecer sanación física, aliento, disciplina o perdón; otras veces lloraba con aquellos que lloraban, o bien compartía sus dichas.
- En última instancia, Cristo dio Su vida por nosotros que “s aún pecadores” ( Romanos 5:8 ), demostrando que Su amor perfecto persiste aun en nuestra imperfección.
Esforzarse por amar como lo hizo el Salvador a veces puede ser difícil. Entonces, ¿cómo podemos amar a los demás de la manera en que necesitan ser amados? ¿Podemos escoger amar, como si hubiera un interruptor que pudiésemos encender? ¿Es realmente posible amar al prójimo o a un extraño tanto como a un familiar o a nosotros mismos? ¿Qué sucede con aquellos con quienes no estamos de acuerdo o con los que no nos llevamos bien, o con aquellos con quienes tendemos a discutir? En las Escrituras, con frecuencia se habla del amor cristiano como algo de lo que una persona está “llena”; en otras palabras, es algo que Dios derrama en el alma (véanse Mosíah 2:4 ; 4:12 ; Alma 38:12 ; Moroni 7:48 ).
¿Cómo se le llama a la persona que no tiene empatía?
La psicopatía – Las personas que no conectan emocionalmente con los demás mediante la empatía tienden a presentar un rasgo llamado psicopatía. La psicopatía no es tanto un trastorno psicológico como una característica presente en mayor o menor medida en todas las personas: es decir que todos tenemos una cierta puntuación de psicopatía, ya sea alta o baja.
Las personas con alto grado de psicopatía tienden a pensar más en ellas que en los demás, y rara vez piensan de manera espontánea acerca de los intereses del resto; tan solo si poner su atención ahí les ayuda a obtener un beneficio claro a cambio. Hay casos extremos de individuos que apenas son capaces de amar o de considerar que es preferible que los demás no sufran; es por ello que los casos extremos de psicopatía van frecuentemente de la mano de un pasado de daños o incluso torturas a animales.
Por suerte, incluso en casos así los mecanismos legales y coercitivos hechos para evitar crímenes hacen que la mayoría de personas escasamente empáticas y que ven con buenos ojos imponerse por la fuerza ataquen habitualmente a los demás. Pero también hay casos de personas que a pesar de destacar en el rasgo “psicopatía” y no empatizar demasiado, no tienen una especial predisposición a querer dañar a los demás.
¿Cómo se le llama a una persona que no tiene empatía?
Un psicópata es una persona incapaz de ponerse en el lugar de los demás, carece de empatia y de la capacidad de sentir emociones hacia los demás.
¿Cómo se le dice a una persona que no es humilde?
Es sinónimo de llano, sencillo, modesto, sin presunción. Es lo contrario a soberbio, altivo, presumido, vanidoso.
¿Cómo se llama la persona que siente lo que le pasa a otra?
Empatía emocional : Esta es la capacidad de sentir verdaderamente lo que otra persona siente o, al menos, sentir emociones similares a las suyas.
¿Qué es amor y empatía?
En el contexto de la pareja, la empatía facilita el mantenimiento de las relaciones románticas. Es decir, a medida que los miembros de la pareja se esfuerzan por comprender y compartir los sentimientos del otro más comprometidos y valorados se sienten.
¿Qué es la empatía 2 ejemplos?
Ejemplos de empatía –
- Comprender y respetar otros puntos de vista durante una discusión o charla.
- Ayudar a una persona con discapacidad visual a cruzar la calle.
- Entristecerse al ver a alguien llorar.
- Ayudar a alguien a que cumpla un determinado objetivo.
- Alegrarse por los logros o alegrías de un ser querido.
- Socorrer a un individuo que se ha lastimado en la vía pública.
- Respetar el horario acordado para una reunión.
- Ceder el sitio en una fila a una persona embarazada.
- Escuchar con atención las historias o las anécdotas de los demás.
- Respetar todas las ideas a la hora de llevar adelante un trabajo en equipo,
- Defender a una persona que está siendo víctima de una injusticia,
- Colaborar en una obra benéfica.
- Apoyar y ayudar a una persona a conseguir un nuevo empleo.
- Ayudar a una persona a la que se le ha averiado el auto en la carretera.
- Reconocer los esfuerzos ajenos.
Sigue con :
¿Qué es la empatía y 5 ejemplos?
Ejemplos de empatía Cuando una persona mira una película o lee un libro, y se siente en favor o en oposición a un protagonista en particular. Ayudar a una persona discapacitada a cruzar la calle. Entristecerse al ver a alguien llorar. Interpretar como propia la alegría de algún ser querido.
¿Qué es la empatía y da un ejemplo?
¿Qué es la empatía? – La empatía es la habilidad de entender y compartir los sentimientos y las experiencias de las demás personas. Es imaginarte a ti mismo en la piel de otro. Sentir lo que sienten los demás, vernos a nosotros mismos y al mundo desde su punto de vista.
- Nos permite amar de manera más profunda.
- Ver a los demás como son y no como queremos que sean, apreciar sus cualidades y reconocer que, aunque hayamos vivido experiencias similares, nuestro punto de vista, nuestros pensamientos o nuestros sentimientos no tienen que ser necesariamente los mismos.
- La empatía es una característica innata del ser humano y si bien es cierto que existen personas que no necesitan esforzarse demasiado para ser empáticas, no todos tenemos la misma capacidad de hacerlo pero eso no implica que no podamos ser empáticos.
La empatía es una habilidad que deber de ser practicada todo los días para que pueda ser más fuerte y certera.
¿Qué es la empatía 2 ejemplos?
Ejemplos de empatía – Estos son algunos ejemplos destacados:
Ayudar a un anciano a cruzar una calle: En muchas ocasiones las personas mayores van más despacio y es posible que con cierto malestar debido a su edad o condición física. Ayudarles a cruzar la calle es ser empático y ponerse en el lugar de esa persona. Ceder el sitio del autobús a una embarazada: Cuando una mujer está en embarazada y su estado es muy avanzado, tenderá a cansarse más normalmente y sentir fatiga. Si una persona cede su sitio en esta situación tendrá en cuenta cómo se siente esa mujer y tendrá empatía con ella. Socorrer a alguien en un accidente: No son pocas las veces que hay accidentes y la gente se queda bloqueada o no acude a socorrer a los protagonistas. Por ello, si se visiona un percance y hay personas o animales involucrados, aquellos que acudan a socorrerlos tendrán un gesto de empatía con ellos. Dar importancia a las cosas de los demás: Mostrar interés, escuchar a alguien o dar importancia a lo que está contando es ser empático. Demuestra que hay una intención por entender y comprender lo que está manifestando. Intervenir en una pelea: Existen ocasiones en las que la gente comienza a pelearse. Intervenir en este tipo de problemas y tratar de pararlos para que no vayan a más es un acto de empatía y también de valentía. Socorrer a un niño si es víctima de bullying: Si alguien es consciente de que un niño está sufriendo esto y es testigo, acudir en su ayuda será un ejemplo de empatía. Ayudar a alguien con problemas personales o laborales: Durante la vida, cualquier persona puede verse afectada por un problema laboral o personal. Ayudar a un individuo que está padeciendo este tipo de malestares y escucharlo, será de gran ayuda para él. Tener empatía por esa persona y ponerse en su lugar será importante para entender lo que está pasando en su vida. Alegrarse por la felicidad de alguien: Sentir como propia la felicidad de una persona que ha recibido una gran noticia o está en un gran momento es ser empático. Aunque esa situación no le reporte ningún beneficio o sentimiento directo, se alegra por el bienestar de esa persona de manera desinteresada y sincera.
¿Cómo es una persona con empatía?
Los empáticos perciben el mundo que los rodea y perciben lo que otros experimentan a través de sus sentidos e intuición altamente desarrollados. Entienden cómo se sienten las personas y son capaces de entender por lo que están pasando.