Las palabras nos sirven para pensar y comunicarnos sobre todo lo que hay, lo que pasa y cómo es lo que hay y lo que pasa. Y para comunicarnos sobre lo que no hay y poder inventar cosas, actividades, relaciones entre los seres humanos.
¿Cuál es la importancia del uso de las palabras?
Las palabras crean la acción. Cualquier cambio en nuestras vidas no sucederá sin unas palabras inspiradoras. Nuestras respuestas podrían no hacer nada o podrían estimular una reacción de tal manera que el impulso se hace evidente cuando nos unimos a otros en el camino.
¿Cómo influyen las palabras en las personas?
Sin embargo, más de una vez hemos escuchado aquello de que “las palabras se las lleva el viento”, restándole importancia al efecto que producen ¿no es cierto? El lenguaje es mucho más que un medio para transmitir información. A través del lenguaje construimos nuestros modelos mentales de cómo funciona el mundo, de cómo lo entendemos, de cómo lo interpretamos y de cómo respondemos ante las cosas. La influencia de las palabras en nuestra vida diaria es enorme debido a su fuerza y poder: una palabra al ser expresada actúa como una pequeña semilla que genera vida, un sentido figurativo a lo que estamos diciendo, convirtiéndose en energía pura que atraerá una acción o suceso.
Una realidad. Esto equivaldría a decir que nosotros podemos atraer el futuro de cosas buenas o malas que pueden sucedernos a través de nuestras palabras y pensamientos. El poder de la palabra tiene tanta influencia en nuestro diario vivir, que debemos cuidarnos muy bien de lo que hablamos porque a través de nuestras propias palabras podemos maldecir, atrofiar o entorpecer un futuro muy próspero.
Si las vibraciones que salen de nuestra boca tienen una energía tan poderosa, es importante aprender a hablar cosas positivas, a expresar pensamientos de fe y de victoria, porque de esta manera influirán en nuestras circunstancias, equilibrándolas y alineándolas con cada palabra pronunciada y determinando nuestro futuro, en nuestro momento presente. Del mismo modo, al hablar podemos construir o destruir, propiciar o anular los sueños de alguna persona (muchas veces sin querer o sin darnos cuenta). Es por ello, que debemos pensar antes de hablar, porque nuestras palabras deben siempre edificar, estimular, apoyar, dar consuelo y esperanza, o expresar concordia.
Porque cuando aprendemos a expresarnos de este modo, es porque nuestro corazón está lleno y pleno de tales pensamientos y deseos. Evitemos hablar si no vamos a expresar algo positivo, porque las palabras tienen un poder muy significativo de influencia y unidas con nuestros pensamientos, son los que crean nuestras circunstancias, y ellas son las que definen nuestra vida.
¿No es cierto que alguna vez nos ha pasado estar en medio de una conversación con un amigo/a, familiar, compañero/a de trabajo y una palabra mal expresada desemboca en una discusión, incluso en el fin de la misma? Y es que, seguro que, no nos hacemos cargo del poder que tienen las palabras, cuando estas pueden construir o destruir.
Si decimos las palabras adecuadas en el momento oportuno, podemos levantar el ánimo si estamos decaídos, solucionar un conflicto, mostrar apoyo a los demás, etc. En definitiva, sembrar con palabras lo que con fuerza deseas cosechar. Sobre esto, “LA PALABRA Y LA INFLUENCIA EN EL SER”, pondremos sobre la mesa de diálogo diferentes disciplinas para llegar a interesantes y didácticas conclusiones desde https://www.radiosapiens.es/podcast/debate-estrella/ el viernes 15 de noviembre Os esperamos!, e misiones continuas (o descargándolo, buscando el podcast que haga referencia a este debate).
www.radiosapiens.es – La radio tecno-científica, cultural y divulgativa Otros reportajes NUVE: RadioSapiens – Esa es la ACTITUD El psicólogo general sanitario y su lógico encaje en el tercer sector
¿Qué tipo de significado tienen las palabras?
En general, las palabras pueden ser MONOSÉMICAS (solo un significado) y POLISÉMICAS (tienen más de un significado).
¿Qué hacemos con las palabras?
Cómo hacer cosas con palabras Las lenguas son nuestros más preciados instrumentos de comunicación, nos capacitan para la coordinación y la cooperación de manera cualitativamente superior a la que se da entre los miembros de las otras especies animales.
- Es razonable, por tanto, la afirmación de que el lenguaje es nuestro rasgo distintivo.
- Pero es también verdad que el lenguaje sirve para muchas otras cosas además de para comunicarnos, sirve para expresar nuestras emociones, para amenazarnos, para seducirnos, para engañarnos, son muchas las cosas que podemos hacer con las palabras.
Estas últimas semanas, como un elemento más del necesario debate sobre el proyecto de Estatut, hemos tenido la oportunidad de leer opiniones diversas sobre la situación de las lenguas, catalana y castellana, en Cataluña. Lo primero que hay que recordar es que la regulación del uso de las lenguas en sociedades bilingües no es un asunto fácil.
- Se trata de una cuestión recalcitrante en todas las sociedades bilingües que produce discusiones apasionadas.
- Sucede con el francés y el inglés en Québec, con el francés y el flamenco en Bélgica, con el sueco y el finés en Finlandia.
- Sociedades con una tradición democrática mucho más amplia que la nuestra se enfrentan con dificultades a esta cuestión.
No se trata de una anomalía catalana o española. A veces, por otra parte, se argumenta como si la solución al problema fuese la solución del liberalismo clásico. Como si pudiera construirse una noción de libertad lingüística en analogía con la libertad religiosa.
- Es decir, neutralidad del Estado y garantía de los derechos de cada uno.
- Se trata de una analogía estéril.
- Y es estéril por dos razones conectadas entre sí.
- En primer lugar, el Estado debe elegir la lengua (o las lenguas) de la educación obligatoria y la lengua (o las lenguas) en las que va a expresarse la Administración en su relación con los ciudadanos.
No es posible la neutralidad lingüística del Estado. En segundo lugar, no resulta factible conceder un derecho a todos los ciudadanos a escolarizar a sus hijos y a relacionarse con la Administración en su lengua materna. No resulta factible por la sencilla razón de que no disponemos de los recursos necesarios para atender a tantas lenguas maternas como hay en nuestras sociedades actuales.
- Nadie puede argumentar en serio que si yo me fuera a vivir a Noruega, podría dirigirme en catalán a la administración de Hacienda noruega o podría solicitar la escolarización en catalán de mi hija.
- Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
- Lo anterior conlleva abandonar el discurso de los derechos para esta cuestión y entrar en el ámbito de las decisiones mayoritarias.
En sociedades bilingües hay dos modos razonables de abordar la cuestión de la lengua de la educación obligatoria. El primer modelo diseña una escuela separada, en la cual los niños son escolarizados en la lengua que deciden los padres y aprenden la otra como una lengua ajena.
- El segundo modelo, el de escuela integrada, se propone como objetivo que los niños sean competentes en ambas lenguas.
- El modelo vigente en Cataluña es el segundo por decisión unánime del Parlamento, que legítimamente representa a todos los ciudadanos de Cataluña.
- Hay razones de peso para tal decisión.
En primer lugar, expresa la voluntad de ser una sociedad cohesionada y no escindida por la procedencia lingüística de sus miembros. En segundo lugar, posibilita, en mayor medida que el primero, la igualdad de oportuni-dades. Dados los usos lingüísticos reales, sabemos que todos los ciudadanos son competentes en castellano, pero no todos lo son en catalán.
La posibilidad, por ejemplo, de que un joven de lengua materna castellana que obtiene un primer trabajo de camarero en un restaurante llegue a maître aumenta considerablemente si también sabe expresarse correctamente en catalán. Por la sencilla razón de que el dueño del restaurante sabe que los clientes catalanohablantes prefieren ser atendidos en catalán.
En la implementación del modelo integrado se han cometido, inevitablemente, excesos y errores. Entre ellos no se cuenta, en mi opinión, haber diseñado un modelo para la escuela primaria de inmersión lingüística en catalán, porque una lengua que llevaba cuarenta años de exclusión coactiva de la vida pública necesitaba un impulso inicial poderoso para ser percibida por sus usuarios y por los demás como una lengua normalizada.
- Todavía recuerdo nuestra perplejidad de niños de seis años ante palabras misteriosas que escribía nuestro maestro en la pizarra como “gorrión” y “jilguero” que, en realidad, designaban a los pajaritos de nuestra vida cotidiana y que nosotros nombrábamos como “pardal” y “cadernera”.
- Sin embargo, y también desde mi punto de vista, sí se trata de un error la exigencia de acreditación de un conocimiento avanzado del catalán como requisito para poder concursar a plazas de profesor universitario que aparece en un borrador de decreto del Gobierno catalán.
La misión de la Universidad en nuestro tiempo es formar mejores profesionales y aumentar la calidad de investigación para que se convierta en innovación que contribuya a crear más bienestar para todos. Para desarrollar esta misión, necesitamos formar profesionales competentes lingüísticamente en catalán, castellano e inglés (que es la lingua franca de la ciencia, de los negocios, de la política, de la cooperación internacional) y necesitamos atraer a investigadores con talento de todo el mundo.
Tener universidades con prestigio internacional es nuestra mejor contribución a la cultura catalana. Pasa aquí lo mismo que en el deporte: “La mejor defensa es un buen ataque”. Esta estrategia es compatible con un programa que permita acreditar el conocimiento de las lenguas, catalán y en su caso castellano, a posteriori.
Pero, un investigador que desee ejercer su trabajo en Cataluña ha de poder venir aunque su lengua de comunicación sea el inglés o el castellano. Ésta es la estrategia de todas las universidades de prestigio de países con lenguas minoritarias, como los países escandinavos u Holanda.
Ahora bien, los errores en la aplicación de un modelo no son errores del modelo. Y es esto lo que diversas voces nos dicen ahora. Lo que debemos hacer es corregir los errores y no abandonar el modelo. No he oído ninguna razón que ponga el modelo en cuestión. El título de este artículo es la traducción de un importante libro de filosofía del lenguaje How to do things with words (J.L.
Austin, 1962). Los traductores al castellano del libro, los filósofos argentinos G. Carrió y E. Rabossi, me comentaron una vez que a ellos no les gustaba la traducción literal del título al castellano y que en una larga velada con diversas propuestas para la traducción, se les ocurrió jocosamente llamarlo Cómo hacer cosas con la lengua.
Pues bien, siguiendo esta broma, podríamos decir que hay cosas que no deben hacerse con la lengua. Nuestros lenguajes son instrumentos muy poderosos pero también muy frágiles. Quien usa la lengua para agitar las pasiones y provocar enfrentamientos, hace con las palabras aquello que no debe hacerse. Josep Joan Moreso es catedrático de Filosofía del Derecho y rector de la Universitat Pompeu Fabra.
: Cómo hacer cosas con palabras
¿Quién aporta el significado de las palabras?
– Raíz (lexema o morfema léxico ): aporta el significado fundamental de la palabra. Ejemplo: Niñ/os: ʽPersona que tiene pocos añosʼ. – Morfemas flexivos (desinencias o morfemas desinenciales) y derivativos (afijos o morfemas afijales).
¿Cuál es el efecto de las palabras?
Los efectos de las palabras pueden ser devastadores o sanadores, según sea el caso. En esto cuenta la intención, el tono de voz y el contenido del mensaje. La comunicación no es solo un medio para transmitir ideas o información, pues, también puede cumplir con otros cometidos.
Los efectos de las palabras son tan poderosos que algunos autores, tal como el filósofo como John Austin, han sugerido que con las palabras se pueden incluso ejecutar ciertas acciones. Pero esto no es todo. Las palabras son un vehículo para transportar sentimientos, emociones, pensamientos, entre otras, y los efectos que estas puedan tener en otras personas, o en nosotros mismos, pueden ser sorprendentes.
Bien ya lo decía el filósofo alemán Martin Heidegger: “El lenguaje es la morada del ser y la casa donde habita el hombre”. Podemos afirmar pues, que estamos hechos de palabras, convivimos con ellas, e incluso construimos nuestro mundo a partir de las palabras.
¿Cómo las palabras pueden transformar el mundo?
El poder de la palabra – Aunque el dicho popular diga que una imagen vale más que mil palabras, no debemos olvidar que la palabra en sí misma puede contener un poder enorme, y acompañada de más palabras puede llegar a ser, incluso, demoledora. Las palabras permiten expresar sentimientos, emociones u opiniones respecto a un tema o situación.
Nos acompañan a lo largo de toda nuestra vida, dándonos la oportunidad de comunicarnos con nuestro entorno de manera clara y directa. Asimismo, nos dan el poder de cambiar las cosas, y esto es algo de lo que debemos ser plenamente conscientes para hacer un uso correcto de ello. Al fin y al cabo, la responsabilidad con la que ejerzamos y disfrutemos del poder de la palabra es nuestra.
En Aire Traducciones creemos firmemente en el poder de la palabra, y fomentamos el uso de la misma a través de nuestros servicios de traducción e interpretación, Si necesitas expresar o comunicar cualquier tipo de información a través de la palabra, nuestro equipo de profesionales de la traducción te ayudará a conseguirlo.
¿Cómo influyen las palabras que decimos y como las decimos?
Seguro que conoces a alguien que cuando no se está quejando es porque está criticando algo o a alguien, no importa qué. O tienes o has tenido a algún compañero o jefe para el que todo está mal o para el que aunque algo haya salido bien siempre hay mil peros.
La forma en la que hablamos (la cantidad de palabras positivas o negativas que emitimos, nuestras quejas, nuestras alabanzas, nuestras muestras de gratitud, nuestros reproches) afecta la percepción que los demás tienen sobre nosotros y tiene el potencial de incidir en nuestro comportamiento y nuestro estado de ánimo.
¿A quién le gusta estar cerca de un “aguafiestas”? ¿A que si no dejas de repetir lo cansado y estresado que estás acabas más agobiado y con menos ganas aún de hacer nada? Recientes estudios de campos como la neurociencia o las teorías del lenguaje positivo han demostrado que la influencia del lenguaje en nuestras vidas no acaba ahí.
No sólo afecta nuestra forma de vivir, sentir o afrontar la vida sino que también afecta nuestra salud y nuestra longevidad. En esta charla de TED, Luis Castellanos, coautor del libro La ciencia del lenguaje positivo, explica, a través de varios estudios y experimentos, la relación entre la salud y la esperanza de vida de una persona en función de si ésta es o no positiva a la hora de expresarse.
En busca de la felicidad ¿Crees que tu lenguaje es positivo? ¿Eres consciente de la cantidad de veces que te quejas al día? ¿Tienes alguna muletilla con la que te estás dañando a ti mismo o a tu entorno? Muchas veces no somos conscientes de la negatividad que transmitimos con nuestras palabras.
- La ciencia, en este sentido, puede ayudarnos.
- Hoy en día las herramientas informáticas de análisis de texto nos permiten estudiar nuestro lenguaje cotidiano e iniciar una nueva era en el estudio psicológico del idioma.
- La empresa El Jardín de Junio ha creado el primer sistema automatizado de Análisis de Sentimiento en castellano.
Su objetivo es extraer la opinión y actitud del hablante respecto a un tema y valorar de forma automática si esa opinión es positiva o negativa. Gracias a análisis de este tipo, los castellanoparlantes podemos decir que partimos con ventaja, pues nuestro idioma es, de entre los 10 más hablados del planeta, el que tiene un mayor sesgo positivo en su vocabulario,
Pero no hace falta recurrir a la ciencia ni a análisis complejos como este para darnos cuenta de que si nos quejamos menos vivimos mejor. Dos amigos decidieron hacer una prueba: intentar pasar todo el mes de febrero sin quejarse e invitaron a todo aquel que quisiera a unirse a su reto. Los resultados puedes verlos aquí,
Quiero mejorar a través de mi lenguaje, ¿cómo empiezo? Vale. Quiero ser más feliz, tener una vida más saludable y productiva. Pero, ¿cómo empiezo? El primer paso, que es el darse cuenta del poder de nuestro lenguaje, ya lo hemos dado. Ahora solo debemos entrenarnos para de forma consciente ir desterrando de nuestro vocabulario aquellas palabras que nos perjudican e ir adoptando hábitos lingüísticos más positivos.
Bernard Roth, director académico del Instituto de Diseño Hasso Plattner de Stanford, centro de referencia en el llamado Design Thinking, en su libro The Achievement Habit, sugiere una serie de cambios lingüísticos que nos ayudarán a tener más éxito en nuestras vidas, tanto a nivel personal como profesional.
Los dos que exponemos a continuación son los más sencillos:
- Sustituir “pero” por “y”. Cuántas veces hemos dicho frases del estilo “quiero ir a la playa o al cine o a un concierto o a una charla pero tengo que trabajar o estudiar o planchar o recoger la casa”. Y, ¿qué pasa en nuestro cerebro si en esa misma frase sustituimos el “pero” por un “y”? Quiero ir a la playa y tengo que estudiar. Cuando utilizamos la palabra “pero” estamos generando un conflicto, una contraposición, estamos dando por sentado que una cosa imposibilita la otra. Sin embargo si utilizamos la palabra “y” nos estamos diciendo a nosotros mismos que hay dos cosas a hacer y que es posible hacerlas, solo que tenemos que encontrar la forma de hacerlas. A lo mejor ese día podemos comer en media hora en lugar de en una hora y así poder llegar a tiempo a ver la película que queremos.
- Sustituir “tengo que hacer” por “quiero hacer”. Este ejercicio lo que nos viene a demostrar es que las cosas que hacemos en nuestra vida, incluso las que no nos apetece hacer, las hacemos porque así lo hemos elegido. Puede que un día no nos apetezca acabar un informe y sintamos que lo “tenemos” que hacer por obligación, pero el beneficio de hacerlo (el tener un trabajo, poder mantenernos a nosotros y a nuestra familia, etc.) es mayor que el tedio que nos produce redactarlo. Por tanto, sí que queremos hacer ese informe, nosotros elegimos hacer ese informe.
¿Te han sabido a poco estos consejos? Aquí os dejamos 10 más. En este caso extraídos del blog de la coach Bibiana Villa.
- Elogia, Fíjate en lo que te gusta y en lo que hacen bien aquellos que te rodean y házselo saber.
- Respeta, No siempre podemos estar de acuerdo en todo pero eso no es excusa para menospreciar las ideas y propuestas de los demás. Valóralas y acéptalas. Un ejercicio muy sano es ponerse en el lugar del otro y ver cuál es la intencionalidad de aquello que hace y dice.
- Enriquece, Tu discurso debe sumar y no restar. Para ello palabras como “solución, reto, suma, crece, aprendizaje, proactividad, posibilidad, crecer, construir, genial, excepcional” deben formar parte de nuestro vocabulario. Quítale importancia a los errores y enfócate en las soluciones y los aprendizajes.
- Responsabilízate, Evita las quejas hacia otros, la culpabilidad y el victimismo. Trata de formar parte de la solución y no del problema.
- Evita la mediocridad. No insultes, no critiques, los términos ofensivos solo crean barreras y malestar. Trata de desterrar de tu vocabulario palabras como fracaso, problema, lucha, amenaza, destruir, queja.
- Toma conciencia de tus coletillas y muletillas. ¿Te has fijado que hay gente que su primera respuesta es no aunque quiera decir que sí?
- Haz preguntas en lugar de ordenar. En lugar de “tienes que hacer esto” podemos decir “¿qué te parece si ahora hacemos.?”
- Formula en positivo. Una frase tan común como “y no te olvides de” incita a la desconfianza y en este caso al olvido.
- Prioriza los estados de ánimo que quieres sentir. Puedes influir en tu estado de ánimo a través del lenguaje. Si estás continuamente diciendo que te encuentras mal seguro que acabarás encontrándote peor. Una reflexión: ¿qué es lo que habitualmente respondes cuándo te preguntan cómo estás? Eres de los que responde “tirando” o de los que dicen que va “bien”.
- Sé curioso. Escucha a los demás de forma activa y demuéstrales que les estás prestando atención. Frases como “cómo tu bien dices” o “cómo sé que te gusta”, te ayudarán.
Una frase tan común como “y no te olvides de” incita a la desconfianza y en este caso al olvido Bonus track. La página Mi empresa es saludable ha recopilado una serie de frases que debemos desterrar de nuestra oficina si queremos que en ella fluya un lenguaje positivo que ayude al crecimiento personal y profesional de los nuestros. ¿Alguna de ellas te suena? ¿Añadirías alguna otra a la lista?
- Es lo que dicen las estadísticas.
- Voy a buscar sobre el tema y verás que tengo razón.
- y si estáis un poco al día
- En toda mi vida
- ¿Cómo estás? Estoy muy liado.
- Esta empresa es muy complicada.
- Es política de empresa.
- Y es que es así (para acabar una frase).
- No hace falta que te diga que
- ¿De verdad que no lo sabías?
- Esto no es una ONG.
- Tienes que entender que la empresa
- Como digo yo
- Y si no lo sabías te lo digo ahora.
¿Qué quiere decir dar la palabra?
Qué significa “dar la palabra” en estos tiempos – El hecho de dar la palabra es hacer una promesa, que implica un profundo compromiso que debe ser ratificado con los hechos concretos. Dar la palabra es asumir un compromiso y ratificarlo con hechos Dar la palabra es asumir un compromiso y ratificarlo con hechos Para la mayoría de las personas es bastante sencillo decirlo, pero no actuar en consecuencia.
- Otro aspecto central es que, al dar tu palabra, estás empeñando tu dignidad y tu ser, para reafirmar que vas a cumplir lo que has declarado.
- Hace décadas bastaba un apretón de manos para sellar cualquier acuerdo, costumbre que ha caído en desuso, ya que hoy ni siquiera con documentos firmados muchas personas cumplen sus acuerdos.
- Las personas de poco fiar se caracterizan por ser escurridizas, oportunistas, timadoras, victimistas, aprovechadoras y mentirosas; en definitiva, un cocktail explosivo que lo único que genera son promesas falsas, desilusión y frustración en los demás.
Es que al decir una cosa y hacer todo lo opuesto exponen a su entorno a la disyuntiva de tener que analizar, cada vez que interactúan, si confiar o no. Como son personas que están en todo tipo de ambientes, se incluyen en este grupo a miembros de la familia, amigos, relaciones profesionales y amorosas, y cualquier otro vínculo humano donde hay personas “flojas de papeles”, que no saben lo que significa empeñar su palabra y cumplirla.
¿Cómo se le dice a una persona que no cumple su palabra?
Malqueda – Definición – WordReference.com.
¿Qué es la comunicación con el uso de la palabra?
Comunicación verbal – Se caracteriza por el uso de las palabras en la interacción entre el emisor y el receptor. Existen dos tipos de comunicación verbal, ya que las palabras o el lenguaje puede ser expresado de manera hablada o escrita. La comunicación oral se realiza a través de signos orales o palabras habladas.