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Qué Significa La Palabra Ecogenicidad?

Qué Significa La Palabra Ecogenicidad
Ecografía del abdomen superior (III) Resultados de la exploración La exploración mediante pruebas de imagen de pacientes en que se sospecha, por síntomas o por analítica, una enfermedad en el abdomen superior, debe comenzar con una Ecografía. Conviene saber que cada víscera, al igual que otras estructuras del abdomen, tiene una ecogenicidad propia que depende fundamentalmente de su composición y estructura anatómica interna.

La ecogenicidad es el brillo que tiene la imagen de la víscera en la pantalla del ecógrafo una vez calibrado adecuadamente y está en relación con la reflexión del ultrasonido en el tejido visceral. A mayor reflexión mayor ecogenicidad y, por lo tanto, mayor brillo, y a menor reflexión menor ecogenicidad y menor brillo.

El radiólogo, por su experiencia, conoce la ecogenicidad normal de las diferentes vísceras y la comparación entre órganos próximos le ayuda a valorarla adecuadamente. Cuando la ecogenicidad del órgano aumenta o disminuye respecto a la normalidad, se dice que existe hiperecogenicidad o hipoecogenicidad respectivamente. Qué Significa La Palabra Ecogenicidad

¿Qué es una imagen ecogénica?

Ecogénico: término relativo a una determinada imagen ecográfica de un área específica que contiene ecos. Frecuentemente se toma como referencia la imagen del parénquima hepático, describiendo las áreas adyacentes como hipoecogénicas o hiperecogénicas con respecto a él.

¿Qué es ecogenicidad en medicina?

F. Propiedad de generar la reflexión de las ondas ultrasónicas. || Intensidad del brillo de una imagen obtenida en ecografía, relacionada con la capacidad de reflexión que presentan los tejidos.

¿Qué quiere decir ecogénico?

Adj. Que tiene ecogenicidad, que refleja las ondas de ultrasonido.

¿Qué es un nódulo ecogénico?

Foco ecogénico – Los focos ecogénicos se refieren a la presencia de “puntos brillantes” dentro del nódulo tiroideo, que pueden verse en el ultrasonido. La presencia de estos puntos brillantes en forma de puntos o calcificaciones es indicativa de un mayor riesgo de malignidad.

  1. Es importante destacar que por sí sola ninguna de las características mencionadas anteriormente es indicativa de cáncer de tiroides.
  2. Sin embargo, la combinación de varias de estas características aumenta el riesgo de malignidad de un nódulo tiroideo.
  3. Según la presencia de estas características, los nódulos tiroideos se clasificarán en: riesgo muy bajo, bajo, intermedio y alto de malignidad.

Los pacientes con muy baja sospecha de malignidad de la tiroides basada en las características del ultrasonido sólo se consideran candidatos para una biopsia cuando un nódulo es mayor o igual a 2 cm de tamaño. Los pacientes con riesgo bajo, intermedio o alto de malignidad se someten a una biopsia cuando un nódulo es mayor o igual a 1 cm de tamaño.

¿Qué es un nódulo Ecogenico en el ovario?

Una pequeña población de mujeres a las que se les realiza un estudio ecográfico se pueden observar algunos focos ecogénicos en el ovario, siendo características sus mediciones de 1-3 mm de longitud y la ausencia de sombra acústica posterior. Se ha propuesto que estas imágenes pueden ser calcificaciones, hemosiderina o incluso folículos tan pequeños que no son capaces de reabsorberse.

  1. En ocasiones se reportan focos ecogénicos en el ovario de pacientes con endometriosis, pero hasta el momento los datos encontrados resultan variables.
  2. El estudio ecográfico resulta útil para evaluar el endometrioma, no así para el diagnostico de endometriosis sin la presencia de endometrioma; se han reportado imágenes ecogénicas en el 33 % de las pacientes con endometrioma lo cual podría apoyar el diagnostico de endometriosis, también en el 77% de pacientes con endometriosis se han detectado estas imágenes en los ovarios y trompas de Falopio; por el contrario otro estudio encontró estas imágenes en solo el 12 % de las pacientes con endometriosis.

El propósito de este estudio es evaluar el patrón característico de los focos ecogénicos en pacientes con endometriosis en comparación con aquellas que no presentan esta patología y si se detecta una prevalencia mayor en la población estudiada esto puede ser un factor predictivo de endometriosis.

Se estudió a una población total de 146 pacientes (76 control y 70 grupo de estudio) entre junio de 2006 a octubre de 2007. El diagnostico de endometriosis se realizó por medio de histopatología o con las lesiones evidentes durante una cirugía pélvica y se tomó a aquellas que contaran con estudio ecográfico previo, para las pacientes del grupo control se realizó el mismo procedimiento teniendo ausencia de endometriosis.

Los focos ecogénicos se definieron como imágenes ecogénicas lineales o puntiformes dentro del ovario que no rebasan los 4 mm de diámetro que pueden tener artefacto distal en cola de cometa sin la presencia de sombra acústica posterior. Para la población total de estudio se evaluaron 266 ovarios en total y se reportaron resultados significativamente estadísticos la comparación de múltiples imágenes ecogénicas en el ovario de pacientes con endometriosis en comparación con las pacientes sin esta patología, no así las comparaciones entre pacientes con y sin endometriosis con una sola imagen ecogénica y las comparaciones en pacientes con o sin endometriosis y ausencia de imágenes ecogénicas.

  • Varios estudios previos relacionan las imágenes ecogénicas en el ovario con calcificaciones, quistes o hemosiderina, algunos otros los relacionan con endometriosis o endometrioma como el caso de este estudio.
  • De acuerdo con los resultados obtenidos, los múltiples focos ecogénicos son comúnmente identificados en los ovarios de mujeres con endometriosis que en aquellas con ausencia de esta patología, pero también son ampliamente detectados en las pacientes que presentan endometriomas y debido al porcentaje de pacientes con o sin estas imágenes reportadas, aun no es posible definirlas como imágenes predictivas para pacientes con endometriosis en ovarios típicamente normales.

Artículo escrito por el Dr. Oscar Retama Baldivia Inscripciones para curso Inscripciones para Diplomado diplomadomedico.com

¿Qué quiere decir hígado con aumento de la ecogenicidad?

Introducción Esteatosis hepática La enfermedad hepática grasa no alcohólica (EHGNA) es muy frecuente y de curso insidioso. Consiste en la aparición de cambios por infiltración grasa en el hígado, no relacionados con el consumo de alcohol. Esta patología comprende un amplio rango de lesiones hepáticas, que va desde esteatosis hepática simple (también llamado hígado graso), hasta esteatohepatitis 1 o cirrosis. La prevalencia de EHGNA 2 – 6 ) oscila entre 10-25% de la población occidental, y asciende hasta 4,6 veces más en población obesa. Otros factores de riesgo asociados a EHGNA son el perímetro abdominal (>102 cm en hombres y >88 cm en mujeres), hiperinsulinemia, hipertrigliceridemia y alteraciones en el metabolismo de la glucosa o diabetes mellitus tipo 2(DM). La EHGNA suele cursar asintomática y con grados variables de alteración en las pruebas de laboratorio. La biopsia hepática 7 es la herramienta diagnóstica más sensible y específica de confirmar la infiltración grasa en el hígado, pero su naturaleza invasiva hace que su utilidad sea reducida. Sin embargo, la utilización del ultrasonido como método de evaluación es importante debido a su amplia disponibilidad y bajo costo. Se estima que la ecografía 8 tiene una sensibilidad del 89% y una especificidad del 93%. Concepto La EHGNA 9 es una enfermedad metabólica de curso crónico e insidioso debida a acumulación de triglicéridos en las vacuolas de los hepatocitos. Normalmente el hígado tiene 5 g de contenido de grasa por cada 100 g de peso, siendo los fosfolípidos los que más abundan, llegando a constituir aproximadamente hasta el 50% del contenido total, en menos proporción (7%) se hayan los triglicéridos (TG) y colesterol no esterificado. Por lo tanto el diagnóstico de hígado graso no alcohólico (HGNA) se establece cuando el órgano tiene más de un 5 % de su peso total con contenido lipídico y predominante constituido por TG. Para entender mejor esta enfermedad es necesario conocer anatómicamente como es el hígado normal y como cambia cuando se acumula con grasa. Antecedentes históricos En 1952, Zelman y cols 4 fueron los primeros en describir la existencia de excesiva cantidad de grasa en el hígado de personas obesas sin consumo de alcohol. Unos años más tarde, en 1958, Westerwater y Fainier 5 describieron la presencia de alteraciones en las pruebas de función y morfología hepática en pacientes obesos, y que estos parámetros mejoraban con la pérdida de peso. El término HGNA fue usado por primera vez por Heribert Thaler y cols 6 en la literatura científica alemana en 1960. Posteriormente, en 1981, Ludwig y cols 10 describieron la presencia de inflamación y necrosis asociadas a esteatosis en biopsias hepáticas, y a este proceso se le denominó esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). Desde entonces ha habido un enorme de interés científico por el conocimiento de este tema. Como prueba, si realizamos una búsqueda en PubMed con el término “non alcoholic fatty liver”, aparecen más de 3.000 referencias bibliográficas en los últimos años. Epidemiología El HGNA es la enfermedad hepática más diagnosticada en los países occidentales, con una prevalencia que oscila entre el 20% y el 30%, y amenaza con convertirse en un serio problema de salud pública ya que no solo se considera capaz, en algunos casos, de evolucionar a esteatohepatitis y cirrosis, sino que también se ha asociado con resistencia a la insulina, obesidad, hipertensión arterial (HTA), DM, hiperlipidemia y enfermedades cardiovasculares (ECV). El HGNA es especialmente prevalente en pacientes obesos. Así, en un estudio basado en necropsias de sujetos no seleccionados de la población general, Wanles y Lentz 11 – 12 encontraron esteatosis en el 70 % de los pacientes obesos y en el 35 % de los no obesos, y EHNA en el 18,5 % de los obesos y en el 2,7 % de los no obesos había inflamación y fibrosis. Otros estudios realizados en obesos, mediante biopsias, muestran una prevalencia de HGNA alrededor del 60 % y entre un 20 % y un 25 % de EHNA. Además, cuando se estudian pacientes diabéticos se observa que un 75 % de los diabéticos tipo 2 tienen HGNA. Este proceso también afecta a la población infantil, estimándose una prevalencia de HGNA cercana al 2 % entre niños y adolescentes. Estudios epidemiológicos 12 sugieren que hay una distribución uniforme de HGNA entre hombres y mujeres, aunque hay variaciones de género entre los diferentes tipos de gravedad. En numerosas series 15, se observa que las mujeres tienen la enfermedad más avanzada que los varones, lo que sugiere que en el género femenino el curso de la enfermedad podría ser más agresivo. Diversos estudios muestran variaciones raciales 12, observándose que el HGNA parece ser menos prevalente en afroamericanos en comparación con europeos e hispanoamericanos. Esto puede deberse a diferencias genéticas en la distribución de la grasa corporal o en la termogénesis metabólica,También se han descrito asociaciones entre gemelos, lo que sugiere que hay factores genéticos que predisponen al desarrollo de EHNA. Etiopatogenia Factores etiológicos El HGNA puede ser causado por múltiples factores etiológicos. La causa más frecuente es la obesidad. Si bien, hay numerosos procesos patológicos asociados que pueden causarlo, los cuales enumeramos a continuación, para posteriormente describir los mecanismos patogénicos. Procesos etiológicamente 13 relacionados con la aparición de HGNA ( Tabla 1 ):

  • Resistencia a la insulina (RI).
  • Obesidad.
  • Diabetes mellitus tipo 2.
  • Hiperlipidemia.
  • Edad avanzada.
  • Género femenino.

Tabla 1. Procesos asociados a la enfermedad hepática por depósito de grasa 13 Debido a su asociación con el síndrome metabólico (SM), el HGNA, se encuentra frecuentemente en pacientes con obesidad, diabetes, hiperlipidemia, hipertensión, hiperuricemia y síndrome de ovario poliquístico 14 – 15, Pruebas diagnósticas de la esteatosis hepática Valoración clínica y analítica La EHGNA es una manifestación hepática del síndrome metabólico, que incluye obesidad central, junto con otros componentes.

  1. Más del 80% de los pacientes con EHGNA son obesos, y sólo un 16 % de los individuos tienen un IMC normal y ningún factor de riesgo cardiovascular.
  2. La EHGNA tradicionalmente se pensaba que era más prevalente en mujeres, aunque diferentes estudios reflejan distintos resultados.
  3. Los pacientes afectados son de 40-60 años y tienen a menudo sobrepeso y obesidad.

La mayoría de los pacientes con EHGNA son clínicamente asintomáticos, aunque algunos presentan fatiga, dispepsia, dolor hipocondrio derecho y hepatoesplenomegalia. La exploración física de pacientes con EHGNA debería incluir de rutina las medidas antropométricas: IMC y perímetro abdominal.

  1. Elevación de enzimas hepáticas se detecta en aproximadamente el 20% de los pacientes con EHGNA.
  2. Los niveles de Aspartato aminotransferasa (AST/GOT) y alanino aminotransferasa (ALT/GPT) pueden ser normales o moderadamente elevados (1,5-2 veces por encima del límite normal) con una relación AST/ALT 16, también concluyeron que el IMC no es un indicador reproducible, y encontraron que la obesidad abdominal era consistentemente un mejor indicador de los niveles de ALT y GGT y el hígado graso.

Los enzimas hepáticos normalmente no discriminan entre esteatosis, esteatohepatitis y cirrosis, aunque un descenso de albúmina y descenso de recuento de plaquetas, aumento del cociente GOT/GPT a menudo indican cirrosis. Es importante apreciar que EHGNA es la causa más probable de elevación de transaminasas en una persona con otra posible enfermedad hepática.

Por tanto se necesitan más pruebas para clarificar si esos cambios son debidos a la esteatosis o a otra enfermedad hepática subyacente. Se necesitan biomarcadores que discriminen entre esteatohepatitis y esteatosis. Se sugiere que PCR específica pueda valorarlo pero no ha sido confirmado. La ferritina sérica está elevada en aproximadamente el 60% de los pacientes con EHNA, probablemente refleja el daño al hepatocito y la inflamación hepática con un incremento de las reservas de hierro hepáticas.

Así, aunque el posible papel del hierro en la exarcerbación de EHGNA ha sido debatido, el peso de la evidencia está en contra de esto: algunos estudios muestran una débil relación con hemocromatosis y la mutación C282Y 17, Ecografía hepática El hígado es una víscera sólida, voluminosa, fácilmente visible en la ecografía, localizada por detrás del reborde costal y por debajo del diafragma.

  1. Se extiende desde el hipocondrio derecho hasta el epigastrio.
  2. El hígado es asiento de numerosas enfermedades, primarias o secundarias, y debido a su densidad homogénea, permite la visualización de estructuras más posteriores situadas en el retroperitoneo e incluso a su través se pueden obtener imágenes del corazón, utilizando la vía subcostal 18,

Desde un punto de vista funcional el hígado se divide en 3 lóbulos: lóbulo hepático derecho (LHD), lóbulo hepático izquierdo (LHI) y lóbulo caudado (LC). La cisura lobar principal separa el LHD del LHI y pasa a través de la fosa vesicular hasta la vena cava inferior (VCI).

El LC es posterior, su cara inferior limita directamente con la vena y su cara superior con el ligamento venoso 19, Técnica Para la exploración del hígado se utiliza una sonda cónvex de baja frecuencia (2,5-5 MHz). Con el paciente en decúbito supino se deberá conocer la localización hepática y sus relaciones.

Tanto en los cortes transversales como longitudinales, anterior a él se observará la piel, el tejido celular subcutáneo, músculos rectos del abdomen, el diafragma y más cefálico y posterior el pulmón derecho y el corazón. El resto de estructuras intrabdominales se ven posteriores al hígado.

Para la evaluación ecográfica del hígado se hacen cortes longitudinales desde la línea media hacia la zona lateral derecha del cuadrante superior derecho del abdomen. Los cortes se realizan siguiendo el borde costal aunque en ocasiones, en pacientes muy obesos o cuando existe mucho aire en la cavidad abdominal deberemos utilizar la vía intercostal para su mejor visión.

Al estar localizado el hígado por debajo de la parrilla costal puede resultar muy útil solicitar al paciente una inspiración profunda o Valsalva mantenidos para que el descenso del diafragma nos facilite su visualización. Para completar la exploración realizaremos cortes transversales, perpendiculares a la línea sagital, y cortes oblicuos, comenzando en epigastrio.

  1. Con mínimas variaciones en el desplazamiento del transductor, conseguiremos visualizar el LHI, pedículo hepático, venas suprahepáticas y sistema excretor biliar.
  2. Debemos explorar el hígado en su totalidad y comprobar que se visualiza todo su contorno, desde la punta del LHI a nivel lateral izquierdo de epigastrio hasta la punta inferoposterior del LHD y todo el contorno yuxtadiafragmático.

Valoración ecográfica de hígado normal El hígado normal presenta una ecoestructura homogénea (similar a la del bazo y algo mayor que la corteza del riñón). En su interior se observan pequeñas áreas anecoicas, redondeadas o lineales, correspondientes a las venas.

Las venas pertenecientes al sistema porta tienen “pared ecogénica”, al estar rodeadas de tejido colágeno, mientras que las venas suprahepáticas y sus ramas no. Aunque la principal característica que permite diferenciarlas es la ecogenicidad de la pared, también podemos diferenciar vasos suprahepáticos y portales por su dirección.

La ramificación portal es fundamentalmente horizontal y apunta hacia el hilio hepático aumentando los vasos de diámetro al acercarse a éste, mientras que las venas suprahepáticas presentan una ramificación fundamentalmente vertical, orientadas hacia VCI, aumentado su diámetro al dirigirse a ésta.

  • Ecográficamente se puede ver la vena porta a nivel de hilio hepático con un diámetro a ese nivel que no debe superar los 11-12 mm.
  • A nivel intrahepático se pueden ver sus dos ramas, una derecha posterior y caudal, y la izquierda anterior y craneal.
  • Tanto la derecha como la izquierda dan a su vez dos ramas que se dirigen a los segmentos hepáticos correspondientes.

A excepción de la porción ascendente de la rama portal izquierda, que es intersegmentaria, el resto de las ramas portales presenta una localización intrasegmentaria. La vena porta transporta sangre parcialmente oxigenada, aportando más de la mitad de los requerimientos de oxígeno de los hepatocitos.

  1. El resto es aportado por la arteria hepática que, junto con las ramas de la vía biliar, acompañan a las ramas portales en lo que se denomina tríada portal.
  2. Ecográficamente, en condiciones normales, la arteria hepática es difícil de valorar: en hilio se observa la vena porta y por encima y paralela a ella la vía biliar principal, ambas como estructuras tubulares sonoluscentes; entre ambas se observa una formación redondeada sonoluscente que corresponde a la arteria hepática, su rama derecha.

Es posible también observarlas en cortes transversales con una imagen de “cabeza de Mickey Mouse”, donde la cara corresponde a la vena porta, la oreja medial con respecto a ella es la arteria hepática, y la oreja lateral corresponde a la vía biliar. La sangre que perfunde el parénquima hepático es recogida por venas hepáticas, visualizándose éstas como estructuras sonoluscentes que se dirigen hacia la vertiente anterior de la VCI justo por debajo del diafragma.

Estas venas hepáticas o suprahepáticas principales son tres: derecha, media e izquierda, y su localización es intersegmentaria. Tras el nacimiento, la vena umbilical se atrofia y oblitera formando el ligamento redondo, que ecográficamente se corresponde con una formación ecogénica situada en el lóbulo izquierdo, que en cortes transversales aparece como una estructura redondeada, hiperecoica, situada entre el segmento lateral y el medial del lóbulo izquierdo.

Si no se conoce su localización se puede pensar en un nódulo sólido o en una calcificación en parénquima. En el corte longitudinal muestra una morfología lineal que desde la porta izquierda se dirige a la superficie hepática. Las cisuras aparecen como formaciones lineales ecogénicas.

  • La más importante es la del ligamento venoso, que se sitúa entre el lóbulo caudado y el lóbulo izquierdo (segmento lateral).
  • Es una referencia fundamental para la localización del lóbulo caudado.
  • La cisura principal se extiende desde fosa vesicular hacia hilio y es un referente para la división hepática en lóbulo derecho y lóbulo izquierdo.

La forma del hígado está condicionada por las estructuras que lo rodean: diafragma, riñón derecho (RD), vesícula biliar, etc. a cuya morfología se adapta, así, su cara anterior es plana o ligeramente convexa, la cara diafragmática es convexa, mientras que la cara posterior cóncava se adapta a la morfología de RD, de VCI, etc. Figura 1. Corte longitudinal y transversal en el hipocondrio derecho: en el longitudinal (izquierda) se observa el lóbulo hepático derecho (1), riñón derecho(2) y el diafragma (3). En el corte transversal (derecha) del lóbulo hepático derecho: el diafragma y las venas suprahepáticas (4) 19 Los límites hepáticos son siempre regulares y bien definidos y su modificación indica alteración hepática.

  • La medida más utilizada y fiable es el diámetro longitudinal máximo obtenido en línea medioclavicular, que no debe sobrepasar los 150 mm, medida desde cúpula hasta borde inferior.
  • Se utiliza también como valor el diámetro antero-posterior de LHI, que en cortes transversales no debe ser superior a 50 mm.

Dentro de lo dinámico que debe ser el estudio ecográfico se pueden valorar «signos indirectos» de hepatomegalia, que aunque subjetivos poseen valor:

  • Extensión del borde inferior de LHD por debajo del nivel correspondiente a polo inferior de riñón derecho.
  • La vena suprahepática media se sitúa en la cisura lobar principal dividiendo el hígado en dos lóbulos: el LHD y el LHI.
  • La vena suprahepática derecha dividirá a su vez el LHD en dos segmentos, un segmento anterior que se sitúa entre vena suprahepática media y vena suprahepática derecha, y un segmento posterior entre la vena suprahepática derecha y el limite hepático.
  • La vena suprahepática izquierda dividirá a su vez el LI en dos segmentos, un segmento medial o lóbulo cuadrado que se sitúa entre vena suprahepática media y vena suprahepática izquierda, y un segmento lateral entre la vena suprahepática izquierda y el límite hepático.

Nos queda por definir el lóbulo caudado, que es la porción del hígado situada entre VCI y la cisura del ligamento venoso. Este lóbulo puede simular de menor ecogenicidad que el resto del parénquima y no ser patológico; se debe a la atenuación sónica que provoca la grasa y el tejido fibroso del ligamento venoso que es su límite superior.

  1. Valoración ecográfica de la esteatosis hepática El papel de la ecografía en el estudio de la patología difusa se reserva fundamentalmente a descartar la presencia de lesiones focales en un paciente con alteraciones analíticas y/o portador de una hepatomegalia.
  2. No obstante, ciertas patologías difusas pueden adquirir un patrón ecográfico más o menos característico que ayuda a su valoración.

La característica ecográfica fundamental de la infiltración grasa es el hígado hiperecoico llamado “hígado brillante”, igualando o superando la ecogenicidad del parénquima pancreático. Este aumento de ecogenicidad por la infiltración grasa provoca atenuación sónica posterior, que dificulta la valoración de las partes más profundas del hígado En función de estas características se distinguen tres grados:

  • Tipo I. Leve. Discreto aumento difuso de la ecogenicidad, con normal valoración del diafragma y de los bordes de los vasos intrahepáticos.
  • Tipo II. Moderada. Moderado aumento difuso de la ecogenicidad, con dificultad para la valoración del diafragma y vasos intrahepáticos ( Figura 2 ).
  • Tipo III. Grave. Marcado aumento de la ecogenicidad, con escasa o nula visualización de las paredes de los vasos intrahepáticos, del diafragma y de la porción posterior del LHD, debido a la pobre penetración de los ultrasonidos ( Figura 3 ).

Figura 2. Enfermedad hepática grasa. Hígado brillante con escasa visualización de vasos intrahepáticos (grado II) Figura 3. Enfermedad hepática grasa. Atenuación posterior (grado III) Esta afectación del parénquima hepático en la esteatosis puede presentarse como:

  • Patrón difuso: afecta a la totalidad del parénquima, aunque dentro de este patrón es bastante frecuente el observar zonas hipoecoicas que representan “áreas de parénquima normal” de límites más definidos (parecen continuarse con el parénquima graso) y sin efecto masa (es frecuente su localización en el hilio hepático o en la zona próxima a la vesícula.
  • Patrón focal: corresponde a regiones de ecogenicidad aumentada sobre el fondo de un parénquima normal. Este patrón es frecuente, sobretodo en LHD. Es de fácil diagnóstico y fácil de diferenciar de la lesión ocupante de espacio (LOE) por la ausencia de efecto masa: no desplazan ni comprimen vasos hepáticos, ni alteran el contorno del hígado, y suelen presentar márgenes geográficos.

Para evaluar el grado de infiltración grasa, se usan la escala de medición propuesta por D.F. Chan, et al 19 ( Tabla 2 ). Esta escala estratifica la esteatosis hepática en 3 grados: hígado normal o grado 0 (0 puntos), esteatosis hepática leve o grado 1(1 a 3 puntos), esteatosis hepática moderada o grado 2 (4 a 6 puntos) y esteatosis hepática grave o grado 3 (7 a 9 puntos). Utilizando estos criterios, la sensibilidad media de la ecografía para el diagnóstico de EHDG es del 87% (60-100), y la especificidad es del 86% (56-95%). Cuanto mayor es el depósito de grasa, mayor es la sensibilidad y la especificidad. Las principales limitaciones de la ecografía son que es operador dependiente, la obesidad del paciente y que la fibrosis hepática y la cirrosis pueden tener apariencias similares.

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Tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia magnética hepática A pesar de los grandes avances en el desarrollo de multidetectores en tomografía computarizada y las técnicas ultra-rápidas en resonancia magnética, no han desplazado a la ecografía como la técnica inicial de evaluación en pacientes con sospecha de alteración en el hígado, la vía biliar o enfermedades parenquimatosas; lo anterior debido a sus múltiples aplicaciones, disponibilidad, comodidad y a su bajo costo en los sistemas de salud.

A pesar de esto, la ecografía aún tiene limitaciones como interposición gaseosa y obesidad. La tomografía computarizada por su rapidez, su buena capacidad de visualización morfológica en la detección de enfermedad focal o difusa, así como las relaciones anatómicas con los órganos vecinos, la convierte en una buena alternativa diagnóstica para el médico especialista, que a la vez con los avances en las técnicas de multidetectores y la amplia disponibilidad de ellos en el medio, obliga a que se tenga varios protocolos de este tipo de ayuda imaginológica, y que sumado a las nuevas técnicas como la tomografía de doble energía permiten una excelente evaluación del hígado.

Por otra parte, la resonancia magnética, por su excelente contraste tisular de los tejidos blandos, por los diferentes tipos de secuencias que permiten caracterizar mejor las diferentes enfermedades del hígado y por no utilizar radiación ionizante y medios de contrastes yodados, la convierte en una ayuda diagnóstica superior a la tomografía computarizada.

Actualmente, con el desarrollo de medios de contraste específicos para el hígado, la reducción de artificios de movimiento respiratorio con secuencias de mayor velocidad y desarrollo de sincronización y navegadores respiratorios, y el avance exploratorio de nuevas técnicas de imágenes como la DW-MRI (Difusión) y la PW-MRI (Perfusión) en la práctica clínica, no sólo para el diagnóstico de la cirrosis, sino también para el diagnóstico de la fibrosis hepática moderada y avanzada, la resonancia magnética es un método que permite evaluar las enfermedades hepáticas focales y difusas desde un punto de vista morfológico y funcional, aunque aún quedan algunos retos por superar.

  • Analizar el valor de la ecografia en la Estratificación del grado de esteatosis en leve, moderado o grave.
  • Evaluar la correlación entre los resultados ecográficos, con los niveles séricos de triglicéridos, aminotransferasas (GOT y GPT) y el IMC.
  • Analizar la prevalencia de esteatosis hepática en población con varios factores de riesgo cardiovascular.

Objetivos secundarios

Determinar las características epidemiológicas de dichos pacientes, incluyendo género, edad y/o varios factores de riesgo cardiovascular.

Justificación del estudio

  • Dada la importancia de los factores de riesgo cardiovascular, nuestro estudio se ha desarrollado para comprobar si la presencia o ausencia de esteatosis hepática en este tipo de pacientes, si es mayor que en el resto de la población y si repercute en un aumento del riesgo cardiovascular.
  • También se ha estadificado la esteatosis en sus distintos grados para evaluar si el perfil hepático se altera según la gravedad de la esteatosis hepática.

Material y métodos Marco demográfico Casas de Haro Es un municipio de España, en la provincia de Cuenca, comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Tiene una superficie de 110,88 km 2 con una población de 879 habitantes y una densidad de 7,98 hab/km². En los últimos 10 años, ha habido un descenso de población significativo en el género femenino, y se ha mantenido estable en los hombres. Figura 4. Distribución de población por edades La riqueza de sus habitantes proviene del sector primario. Dentro de la agricultura debemos destacar el cultivo de la vid y la elaboración de vinos “, por lo que se hace figurar en su escudo un racimo de uvas.

  • Dentro de la ganadería señalamos el ganado ovino y caprino, con la correspondiente elaboración de quesos en sus diferentes modalidades.
  • Organización Consultorio de Casas de Haro Un consultorio médico hace referencia a una estructura sanitaria más pequeña, generalmente localizada en un pueblo, y con menos profesionales.

Como mínimo lo compone un médico rural. Uno o varios consultorios suelen depender organizativamente de un centro de salud de referencia. El centro de salud al que pertenece Casas de Haro es a San Clemente, que dista 17 km. El consultorio de Casas de Haro se construyó en el año 1998 y tiene unos 150 m 2,

  • Consta de una sala de espera, la consulta de medicina, la consulta de enfermería, un baño de uso público, un baño de uso exclusivo para el personal sanitario y un almacén.
  • Está en proyecto la construcción de una sala anexa polivalente espaciosa para poder atender a los pacientes que requieran cuidados más específicos y urgentes y también que sirva como sala de aerosoles, extracciones, etc.

También carece de línea ADSL por lo que el acceso a las historias clínicas está enlentecido. La población que se atiende a diario oscila entre 30-40 pacientes (incluidas tareas administrativas, como cumplimentar recetas). Pacientes Estudio observacional, descriptivo y analítico, de sección transversal.

  1. Durante 12 meses se seleccionaron 100 pacientes, con 2 o más factores de riesgo cardiovascular, con nula o baja ingesta de alcohol, que acudían a consulta de Atención Primaria, en el consultorio de Casas de Haro (Cuenca).
  2. Se calculó el tamaño muestral sobre un 24% de prevalencia de SM en población general y un 30% de prevalencia de EHGNA en éstos y se seleccionaron por muestreo aleatorio sistemático cada uno de los pacientes.

El diagnóstico de la EHGNA se debe basar en la combinación de datos de la historia clínica y métodos de diagnósticos no invasivos. Un adecuado proceso diagnóstico debe incluir los siguientes aspectos básicos:

  • Diagnóstico de sospecha de EHGNA, incluyendo la verificación de abstinencia alcohólica y excluyendo las causas potenciales de esteatosis hepática y el diagnóstico de las posibles enfermedades asociadas.
  • Valoración del RCV de estos pacientes.
  • Evaluar de la severidad de la esteatosis hepática mediante técnicas no invasivas, como la ecografía.

La población seleccionada cumple los siguientes criterios de inclusión:

  • Abstinencia o consumo escaso de alcohol (< 20 g/día en mujeres y < 30 g/ día en hombres).
  • Alteración o no de pruebas de función hepática, no debidas a hepatitis víricas o a otras enfermedades hepatobiliares o sistémicas, ni tampoco por causas medicamentosas (glucocorticoides, estrógenos sintéticos, amiodarona, aspirina, etc.)

Determinaciones efectuadas Variables demográficas y bioquímicas

  • Edad.
  • Género.
  • Ingesta de alcohol.
  • Historia de diabetes, hipertensión arterial sistémica. Peso, talla, índice de masa corporal (IMC) (definido como peso/talla 2 ).
  • Medición de presión arterial (definida como ≥ 130/85 mmHg).
  • Niveles de glucosa basal (definida como ≥ 110 mg/dL), hemoglobina glicosilada.
  • Colesterol total (definiendo como hipercolesterolemia ≥ 200 mg/dL), colesterol HDL (definido como < 40 mg/dL en hombres y < 50 mg/dL en mujeres), colesterol LDL,
  • Triglicéridos (definido como hipertrigliceridemia ≥ 200 mg/dL,
  • AST, ALT, bilirrubinas y fosfatasa alcalina.
  • También se recogieron antecedentes personales y familiares de diabetes, HTA, dislipemia, tratamiento farmacológico, cifras de otros parámetros analíticos y perímetro abdominal.

Evaluación hepática por ultrasonografía Una vez cumplían los criterios de selección eran citados para la realización de la ecografía de abdomen completo, previa información del propósito de la técnica a efectuar y aportando el consentimiento informado firmado. Figura 5. Ecógrafo empleado en el estudio de marca Esaote La característica ecográfica fundamental de la infiltración grasa es el aumento de ecogenicidad hepática, debido al depósito de grasa (esteatosis) en los hepatocitos. Dependiendo del número de hepatocitos con grasa, este depósito puede ser leve ( 66%).

  • Esta hiperecogenicidad es de grano fino muy denso lo que le confiere al hígado un aspecto ” brillante”, igualando o superando la ecogenicidad del parénquima pancreático, y ligeramente aumentado de ecogenicidad respecto a la corteza renal.
  • Este aumento de ecogenicidad por la infiltración grasa provoca atenuación sónica posterior, que dificulta la valoración de las partes más profundas del hígado.

Análisis estadístico Las variables analizadas se incluyeron y ordenaron en la base de datos EXCEL. Las variables cualitativas se exponen como valor exacto y en porcentaje, las cuantitativas como media y desviación estándar (DE). La comparación entre medias se realizó a través de la prueba t de Student para grupos independientes o la U de Mann-Whitney si las condiciones de normalidad (aplicación del test de Kolmogorov-Smirnoff o de Shapiro Willks) no se cumplían. Figura 6. Distribución por género Distribución por edades Los grupos de edad más frecuentes fueron entre 51-74 años, siendo la edad del 32% de la muestra entre 51 y 64 años. Los grupos menos frecuentes son los >75 y Figura 7 ). Figura 7. Distribución por edades El 71% de los sujetos tienen obesidad, siendo 33% de grado 1, el 29 % de grado 2 y el 9 % grado 3. Sólo el 6% tienen normopeso y el 23% presentan sobrepeso ( Figura 8 ). Figura 8. Clasificación por peso (IMC) Grado de esteatosis por género El 23 % de los sujetos no tiene esteatosis, y en el 58 % es de grado leve y moderado en ambos géneros (p Figura 9 ). Figura 9. Grado de esteatosis por género Sólo 14 de los obesos no tienen esteatosis hepática y de los sujetos con normopeso, 13 tienen esteatosis en sus distintos grados, principalmente esteatosis leve ( Figura 10 ). Figura 10. Grado de esteatosis y obesidad Los factores de riesgo más prevalentes de los pacientes estudiados son obesidad, que la presentan el 78 % de ellos, hipercolesterolemia el 73 %, DM el 62 % e HTA el 59 %. Hipertrigliceridemia sólo presentan el 24 %. Tratamiento farmacológico de la DM e HTA Respecto al tratamiento farmacológico de la HTA, los IECAS/ARA 2, los toman el 51% de los sujetos, seguido de diuréticos el 35%. La metformina es el antidiabético que más toman el 29% de los diabéticos, y las incretinas el 10% ( Tabla 4 ). Tabla 4. Tratamiento farmacológico de diabetes e hipertensión arterial Tratamiento hipolipemiante y otros fármacos El tratamiento hipolipemiante más usado son las estatinas por un 44% de los sujetos y los fibratos por un 11%. Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) los toman el 65 % y los antiagregantes el 19%( Tabla 5 ). Tabla 5. Tratamiento hipolipemiante y otros fármacos Parámetros clínicos y analíticos La Tabla 6 describe los resultados de los diferentes parámetros clínicos y analíticos. Respecto a la HTA, el 78% tiene cifras de PAS ≤140 mmHg, y el 91% PAD ≤ 90 mmHg. El 69% presenta perímetro abdominal >102 cm. Tabla 6. Valores de los distintos parámetros analíticos Respecto a la glucemia basal, en el 55% es inferior a 110 mg/dl con una HbA1c < 6,5% el 75% de los pacientes. El colesterol total 45 mg/dl y los triglicéridos < 150 mg/dl el 64% del total. En relación al perfil hepático la GOT ≤ 31UI/L en el 85% de los pacientes, siendo GPT ≤31 UI/L en el 66% y la GGT ≤ 35 UI/L presente en el 58%. Clasificación según perímetro abdominal En la Figura 11 destaca que el perímetro abdominal está alterado (>102 cm) en el 69% de los pacientes, tanto hombres como mujeres, y sólo en 3 mujeres es <88 cm. Figura 11. Control de los principales factores de riesgo medido en porcentajes Parámetros de perfil hepático En la Figura 12 destaca que la GOT está dentro de los parámetros normales en el 85% de los pacientes, seguida por GPT normal en el 66% y GPT en el 58% del total. Figura 12. Resultados de los distintos parámetros del perfil hepático Distribución por edades El grupo de edad más frecuente de presentación de esteatosis es entre 50-70 años, cuya distribución mayoritariamente es de grado leve y moderado en el 28% del total en ambos casos, y en un 13% del grupo de edad de Figura 13 ). Figura 13. Distribución del grado de esteatosis por edades Esteatosis y perímetro abdominal La distribución de esteatosis en pacientes con perímetro abdominal >100 cm es estadísticamente significativa (p= 0,017) en relación a los pacientes con perímetro abdominal Figura 14 ). Figura 14. Clasificación según el perímetro abdominal Esteatosis según IMC En obesidad grado 2 y 3, el grado de esteatosis es moderado y grave, en 15 y 14 de los sujetos respectivamente. En la Figura 15, destaca que a mayor grado de obesidad aumenta la gravedad de la esteatosis, siendo estadísticamente significativo (p = 0,001). Figura 15. Esteatosis según IMC Esteatosis según cifras de HDLc Todos los pacientes con HDLc bajo, presentan esteatosis hepática. El 23% de los pacientes. con HDLc >40 mg/dl no tiene esteatosis hepática ( Figura 16 ). Figura 16. Distribución según cifras de HDLc Esteatosis y cifras de triglicéridos En la Figura 17 destaca que las cifras de triglicéridos influyen en el grado de esteatosis. El 33% de los pacientes con cifras de triglicéridos normales no tiene esteatosis, y solo el 5% con triglicéridos > 150 mg/dl no tiene esteatosis. El 95% de los pacientes con hipertriglicericemia tiene esteatosis hepática en sus distintos grados (p = 0,015). Figura 17. Según cifras de triglicéridos Esteatosis y diabetes mellitus Los pacientes con glucemias basales Figura 18 ), presentan menor prevalencia de esteatosis hepática. En nuestro estudio 17 pacientes con glucemia basal <100 mg/dl no tienen esteatosis, mientras que de los diabéticos 12 de ellos tendrán esteatosis grave, siendo estadísticamente significativo (p= 0,002). Figura 18. Esteatosis y diabetes mellitus Lo mismo sucede con valores de HbA1c Figura 19 ), los sujetos tienen menos esteatosis hepática que aquellos con HbA1c >6,5% (p = 0,004). Figura 19. Esteatosis y hemoglobina glicosilada Esteatosis e hipertensión arterial Respecto al factor de riesgo HTA ( Figura 20 ), en nuestro estudio los pacientes hipertensos tienen más prevalencia de esteatosis hepática en sus diferentes grados. Por el contrario, 15 de los pacientes no hipertensos no tienen esteatosis, mientras que de los hipertensos sólo 8 no tendrán esteatosis hepática (p = 0,027). Figura 20. Esteatosis y HTA Esteatosis y riesgo cardiovascular Al calcular el riesgo cardiovascular score, son pacientes de bajo riesgo cardiovascular el 64% del total, de riesgo intermedio el 31% y el 4 % de riesgo alto o muy alto ( Figura 21 ). Figura 21. Riesgo cardiovascular score y esteatosis hepática Discusión Esteatosis hepática La EHGNA 1 – 5 es una enfermedad hepática inflamatoria de carácter crónico, de gran relevancia en la actualidad por su fuerte asociación con enfermedades de prevalencia creciente como la obesidad y la DM, hechos que nuestros resultados confirman, al encontrar una alta relación entre la aparición de EHGNA y el padecimiento de estas patologías (p=0,02).

Existe una estrecha relación entre la aparición de EHNA y el número de criterios de síndrome metabólico (p= 0,000). El HGNA es especialmente prevalente en pacientes obesos. La prevalencia de EHGNA 2 – 6 oscila entre 10-25% de la población occidental, y asciende hasta 4,6 veces más en la población obesa.

En nuestro estudio, la prevalencia de esteatosis hepática es del 72 % de los pacientes, siendo obesos el 78 %, de los cuales el 82 % tiene esteatosis en sus distintos grados, siendo estadísticamente significativo (p = 0,014). Así, en un estudio basado en necropsias de sujetos no seleccionados de la población general, Wanless y Lentz 12 encontraron esteatosis en el 70% de los pacientes obesos y en el 35% de los no obesos, EHNA en el 18,5% de los obesos y en el 2,7% de los no obesos había hallazgos de inflamación y fibrosis.

  • Otros estudios realizados en obesos, mediante biopsias, muestran una prevalencia de HGNA alrededor del 60% y entre un 20% y un 25% de EHNA.
  • Además, cuando se estudian pacientes diabéticos se observa que un 75% de los diabéticos tipo 2 tienen HGNA.
  • Este proceso también afecta a la población infantil, estimándose una prevalencia de HGNA cercana al 2% entre niños y adolescentes.

Estudios epidemiológicos sugieren que hay una distribución uniforme de HGNA entre hombres y mujeres, aunque hay variaciones de género entre las diferentes tipos de gravedad. En numerosas series, se comprueba que las mujeres tienen la enfermedad más avanzada que los varones, lo que sugiere que en el género femenino el curso de la enfermedad podría ser es más agresivo.

En nuestro estudio la distribución de la esteatosis por géneros es similar, siendo de grado leve y moderado en ambos sexos, aunque las mujeres tienen mayor porcentaje de esteatosis grado 3 respecto al hombre. Diversos estudios muestran variaciones raciales, observándose que el HGNA parece ser menos prevalente en afroamericanos en comparación con europeos e hispanoamericanos.

Esto puede deberse a diferencias genéticas en la distribución de la grasa corporal o en la termogénesis metabólica,También se han descrito asociaciones entre gemelos, lo que sugiere que hay factores genéticos que predisponen al desarrollo de EHNA. Aunque el modelo de la teoría del doble impacto es ampliamente aceptado para explicar la patogénesis del HGNA, los mecanismos específicos que median la progresión de la esteatosis a esteatohepatitis y aquellos que se dirigen a mantenerse como esteatosis simple, en algunos pacientes son pobremente entendidos.

  • La presencia de esteatosis es un prerrequisito de esteatohepatitis, pero no es la causa de desarrollo de higado graso.
  • Algunos estudios recientes han encontrado que la acumulación de lípidos en el hígado puede ser un mecanismo protector para pacientes con obesidad, RI o elevación de ácidos grasos libres.

Los hepatocitos, expuestos a altos niveles de circulación de ácidos grasos libres, y ácidos grasos libres almacenados en forma de TG podría facilitar el estrés oxidativo y la inflamación crónica, por tanto, prevenir el daño hepatocelular. Sin embargo, si elevados niveles de ácidos grasos libres en el torrente sanguíneo juegan un papel importante en la patogénesis del HGNA y si los niveles plasmáticos y en el hígado descienden en el plasma pueden ejercer un efecto protector sobre los hepatocitos todavía no aclarado.

  • El HGNA es un espectro de lesiones histológicas que van desde la esteatosis hasta esteatohepatitis y cirrosis.
  • Es conocido que la esteatosis por sí misma se considera una enfermedad no progresiva, mientras que la esteatohepatitis es la constelación de lesiones con potencial para progresar: esteatosis macrovesicular de distribución difusa, inflamación lobular o parenquimatosa mixta, crónica y de polimorfonucleares, con o sin necrosis focal, y con grados variables de fibrosis perisinusoidal y perivenular, degeneración vesicular y presencia de cuerpos hialinos de Mallory y granulomas lipídicos.

La combinación de esteatosis macrovesicular con cambios vacuolares de los hepatocitos y/o fibrosis perisinusoidal constituye el patrón histológico considerado diagnóstico de esteatohepatitis. Técnicas diagnósticas Ecografía Muchos avances se han producido desde que se sospechase que la esteatosis hepática podía aparecer en pacientes con sobrepeso con o sin diabetes y sin estar expuestos a ingesta de alcohol.

Las tres modalidades principales son: el ultrasonido, la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RM), pero ninguna distingue entre esteatosis simple y esteatohepatitis no alcohólica. La ecografía es la modalidad de elección para la determinación cualitativa de esteatosis 14 – 16, pero en cierta forma es subjetiva y dependiente del operador: sólo detecta infiltración grasa de moderada a grave.

Otra limitación es que la sensibilidad disminuye cuando la cantidad de infiltrado graso afecta menos de un tercio de los hepatocitos. Existe un sistema de graduación basado en estas características sonográficas, propuesto por varios grupos, para minimizar el sesgo por el observador y mejorar el acuerdo diagnóstico.

  • Ya que la distribución en parches de la enfermedad es difícil de determinar sólo por ecogenicidad, se reduce la certeza del sistema de graduación.
  • La sensibilidad del ultrasonido para detectar esteatosis hepática y fibrosis varía en gran rango por diversos factores: primero, hay diferencias importantes en los criterios para definir esteatosis y fibrosis, particularmente la importancia de la atenuación posterior del rayo, pues tanto la esteatosis como la fibrosis producen un patrón de ecos brillantes, pero la fibrosis se caracteriza por un patrón áspero de ecos que se distingue de los ecos gruesos y finos de la esteatosis.

Segundo, hay diferencia importante entre los transductores ultrasonográficos utilizados; la atenuación y dispersión posterior es considerablemente menor con el rayo de 3.5 MHz que con el de 5 MHz; además, se ha visto que al utilizar los transductores de 10 y 3.5 MHz de forma conjunta, la atenuación dependiente de la frecuencia de un rayo que pasa por el hígado se correlaciona con su contenido de grasa.

Tomografía axial computerizada La densidad hepática estimada por TAC es más confiable que el ultrasonido para detectar y graduar la infiltración grasa del hígado. Al aumentar la esteatosis, la atenuación del hígado disminuye alrededor de 1.6 Unidades Hounsfield (UH) por cada miligramo de TG depositado por gramo de tejido hepático.

En la TAC sin contraste, el valor de atenuación hepática normal (45 a 65 UH) es, en promedio, 10 UH mayor que la del bazo. En los pacientes con cambios grasos, sin embargo, la densidad suele ser 10 UH menos que la del bazo en la TAC sin contraste y mayor de 25 UH con contraste.

Aún más, se ha comunicado que la densidad hepática determinada por el índice de atenuación hígado-bazo (Índice H-B), en TAC sin contraste, se correlaciona con el grado de esteatosis macrovesicular. El índice de atenuación del hígado (IAH) y el del hígado-bazo son útiles para evaluar la historia natural del hígado graso y los cambios inducidos por el tratamiento.

La diferencia de atenuación hígado-bazo depende del tiempo en la TAC con contraste, y su sensibilidad varía con el tipo de escáner, la velocidad de inyección y el tiempo de las mediciones. Al utilizar un valor discriminatorio para la diferencia de H-B de 20.5 UH, entre 80 a 100 segundos después de la inyección, la sensibilidad y especificidad para diagnosticar hígado graso es de 86 y 87%, respectivamente; de los 100 a 120 segundos, y la diferencia en la atenuación hepática y esplénica de 18.5 UH tiene sensibilidad y especificidad de 93%.

  1. La prevalencia de la esteatosis hepática en nuestro estudio es elevada (72%), teniendo en cuenta que el 78% de los sujetos del estudio son obesos.
  2. En nuestro estudio a pesar de tratarse de una enfermedad hepática de carácter crónico, no se ha apreciado elevación de los parámetros analíticos hepáticos, sobretodo GOT, GPT y GGT, que deberían estar aumentados en relación a la inflamación o gravedad de la enfermedad hepática. Habría que correlacionar estos datos con un diagnóstico de esteatohepatitis o fibrosis, con técnicas diagnósticas más específicas (elastografía, RMN/TAC o incluso biopsia.).
  3. La gravedad de la esteatosis respecto al grado de obesidad medido a través del IMC y perímetro abdominal es estadísticamente significativa (p=0,001, p=0,017, respectivamente).
  4. El 95% de los sujetos con hipertriglicericemia tienen esteatosis hepática en sus distintos grados (p= 0,015). Por otro lado, en nuestro análisis no se han encontrado resultados estadísticamente significativos entre colesterol total (p = 0,427), las fracciones de HDLc (p= 0,102) y LDLc (p= 0,554), con la esteatosis hepática.

Todos los pacientes en tratamiento con metformina tienen esteatosis hepática, aunque cerca del 30% de ellos tienen esteatosis hepática moderada, siendo grave en los no tratados con metformina (p= 0,002), por lo que habría que destacar el efecto protector de ésta en los pacientes con esteatosis.

¿Qué significa hígado Ecogenicidad?

Hígado y enfermedad cardiovascular: lo que el cardiólogo debería conocer de los hallazgos ecográficos | Revista Española de Cardiología Por su proximidad anatómica al corazón, el cardiólogo debería saber identificar determinadas condiciones patológicas frecuentes del hígado y la vesícula biliar que pueden tener implicaciones clínicas importantes en el manejo del paciente.

  • Se exponen hallazgos típicos en lo que respecta a la ecogenicidad hepática, el tamaño y los bordes y el estudio de lesiones focales.
  • El hígado normal es mínimamente hiperecogénico o isoecogénico al compararlo con la corteza renal normal (A y B).
  • La causa de hígado hiperecogénico más frecuente en la práctica habitual (ecogenicidad hepática aumentada respecto a la corteza renal) es la esteatosis o «hígado graso».

Esta puede ser difusa o focal. Es habitual encontrar áreas de parénquima intacto en el seno de una esteatosis difusa. Estas áreas se observarán hipoecoicas, ya que corresponden a «islotes» de parénquima hepático normal que contrastan con el hígado patológico (con ecogenicidad aumentada por la infiltración grasa).

Viceversa, también se puede encontrar zonas focales de infiltración grasa, es decir, áreas de ecogenicidad aumentada contra el fondo de un parénquima hepático normal. Tanto las zonas de parénquima intacto en el seno de una esteatosis difusa como las áreas de esteatosis focal en un hígado normal presentan bordes geográficos, no asocian efecto de masa, se modifican con el tiempo, a veces rápidamente, y suelen ser de localización subcapsular, perivesicular y adyacentes a la bifurcación portal y al ligamento falciforme, pero pueden encontrarse en cualquier localización.

En ocasiones, estas zonas pueden semejar nódulos/masas sólidos (C-F). La ecogenicidad hepática normal es homogénea, con finos ecos. Una de las principales causas de que se pueda observar un hígado de ecogenicidad heterogénea es la hepatopatía crónica/cirrosis ( del ).

Otras afecciones frecuentes que confieren al hígado una ecogenicidad heterogénea son la esteatosis parcheada y la infiltración tumoral difusa. En la congestión hepática condicionada por insuficiencia cardiaca derecha, como en la insuficiencia tricuspídea, se puede observar disminución difusa de la ecogenicidad hepática.

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Otros hallazgos típicos de la hepatopatía crónica/cirrosis son la redistribución de volumen, con aumento del lóbulo caudado, el lóbulo izquierdo o ambos respecto al lóbulo derecho e irregularidad de la superficie hepática. Estos hallazgos pueden darse en pacientes con circulación de Fontan.

  1. La irregularidad/nodularidad del contorno hepático es más evidente si hay ascitis, muchas veces presente en hepatopatías descompensadas.
  2. La hepatomegalia y la dilatación de las venas cava inferior y suprahepáticas son hallazgos típicos de la congestión hepática, por ejemplo, en la insuficiencia tricuspídea o la anomalía de Ebstein.

La ecografía es útil para diferenciar entre lesiones quísticas y sólidas, cuyos manejos, en general, varían significativamente. Ecográficamente se define una lesión como quiste simple cuando es anecogénica, de pared fina y lisa y con refuerzo acústico posterior.

Una lesión quística es compleja si no cumple todas esas características, es decir, si presenta pared gruesa, irregular, con nódulos murales, septos, contenido ecogénico o calcificaciones. Los quistes hidatídicos y los abscesos son ejemplos típicos de lesiones quísticas complejas (E-H). Un nódulo sólido puede ser hiperecogénico, isoecogénico o hipoecogénico respecto al parénquima adyacente, homogéneo o heterogéneo, y en él se puede detectar flujo en el estudio Doppler, si bien un resultado negativo no excluye que se trate de una lesión sólida.

Ante el hallazgo de un nódulo sólido, se deberá comparar con estudios previos, si se dispone de ellos, para valorar si es de nueva aparición, está estable o ha crecido y se deberá correlacionarlo con la historia clínica del paciente (antecedentes tumorales, infección por virus de la hepatitis B o C, cirrosis alcohólica, etc.), para decidir la realización de alguna prueba de imagen complementaria y de qué tipo.

Entre los nódulos benignos que más frecuentemente se observan en la práctica, se encuentra el hemangioma, cuyo aspecto típico es el de un nódulo hiperecogénico de bordes bien definidos.Entre las lesiones hepáticas malignas, las 2 entidades más frecuentes son las metástasis y el hepatocarcinoma.Las metástasis generalmente son múltiples y presentan un aspecto ecográfico muy variable (hiperecogénicas, isoecogénicas o hipoecogénicas respecto al parénquima adyacente, homogéneas o heterogéneas, con y sin halo, e incluso quísticas o con calcificaciones) (A-D).

El hepatocarcinoma asienta, en la mayoría de los casos en un hígado con hepatopatía crónica/cirrosis. Puede presentarse como un nódulo sólido (o varios en el caso del hepatocarcinoma multicéntrico) hiperecogénico, isoecogénico o hipoecogénico y en ocasiones con halo.

Será, pues, la primera posibilidad diagnóstica ante el hallazgo de un nódulo sólido en un hígado con signos de hepatopatía crónica/cirrosis. En lo que respecta a la vesícula biliar, el contenido normal es anecogénico. Cualquier contenido ecogénico es patológico y puede corresponder a litiasis (imágenes hiperecogénicas, habitualmente con sombra acústica posterior), barro biliar, sangre, pus o detritos.

El contenido ecogénico se caracteriza por movilizarse con los cambios de posición del paciente (salvo que esté muy adherido a la pared), lo que lo diferencia de los engrosamientos focales dependientes de la pared (pólipos o masas) ( del ). La pared de la vesícula biliar normal es lisa, con espesor ≤ 3 mm.

  • En la pared se puede observar engrosamiento focal (los más frecuentes son los pólipos, únicos o múltiples) o difuso.
  • El engrosamiento difuso de la pared puede deberse a causa vesicular (colecistitis aguda principalmente) o extravesicular.
  • Se identifica típicamente como una zona hipoecogénica entre 2 líneas ecogénicas o puede presentar una apariencia estriada o en capas.

Los hallazgos típicos de la colecistitis aguda son distensión vesicular, engrosamiento difuso de la pared, colelitiasis o barro biliar y el signo de Murphy ecográfico positivo. La colecistitis alitiásica es mucho menos frecuente y se da en pacientes con una enfermedad crítica y larga (p.

  1. Ej., en pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos).
  2. El engrosamiento difuso de la pared vesicular, aparte de por inflamación en el contexto de una colecistitis aguda, puede deberse a causas extravesiculares tales como la disfunción hepática (asociada a alcoholismo, hipoalbuminemia, ascitis y/o hepatitis), la insuficiencia cardiaca congestiva, la enfermedad renal, la pancreatitis, los síndromes mononucleósicos, el sida y la sepsis ( del ).

Así pues el cardiólogo, basándose en los conceptos básicos expuestos acerca de las enfermedades más frecuentes del hígado y la vesícula biliar, puede orientar el adecuado manejo del paciente al que realiza una ecocardiografía. : Hígado y enfermedad cardiovascular: lo que el cardiólogo debería conocer de los hallazgos ecográficos | Revista Española de Cardiología

¿Qué significa aumento de la ecogenicidad renal?

1. INTRODUCCIÓN La ecografía es sin duda la prueba de imagen inicial para el estudio de la patología renal. Destaca por su sensibilidad, disponibilidad, bajo coste e inocuidad en el diagnóstico y su utilidad a tiempo real en técnicas intervencionistas (p.ej. biopsia renal) y terapéuticas (p.ej. nefrostomía, drenaje de absceso). En contra, es operador dependiente y poco específica. La introducción de la ecografía de contraste con microburbujas (CEUS) ha ayudado a mejorar la sensibilidad y la especificidad de la técnica.2. FRACASO RENAL AGUDO Y ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA 2.1. Fracaso renal agudo El fracaso renal agudo (FRA) es un síndrome clínico caracterizado por una disminución brusca (horas a semanas) de la función renal, dando lugar a retención nitrogenada y pudiendo acompañarse de oliguria. La etiología es múltiple y la morbimortalidad asociada es elevada, empeorando el pronóstico de cualquier patología en la que se produzca. La ecografía es de gran utilidad para evaluar de forma inicial al paciente con insuficiencia renal, ya que unos riñones de tamaño normal con ecoestructura aparentemente conservada indican la probabilidad de un FRA de origen prerrenal, parenquimatoso o vascular, La presencia de hidronefrosis con o sin globo vesical apuntará a un origen obstructivo del FRA. Una vez descartada la obstrucción urinaria, la causa más probable del FRA es la necrosis tubular aguda (NTA) o la insuficiencia renal prerrenal. A continuación, describiremos los hallazgos ecográficos más típicos de cada tipo de FRA, aunque su ausencia no excluye el diagnóstico. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS EN EL FRA ♦ FRA prerrenal: los riñones no suelen mostrar alteraciones. ♦ NTA: la ecografía bidimensional y el Doppler suelen ser normales, aunque en ocasiones pueden mostrar: – Ecografía bidimensional: El riñón habitualmente está aumentado de tamaño a expensas de aumento de la corteza renal por edema. Puede haber aumento de la ecogenicidad del parénquima renal, apareciendo las pirámides muy prominentes. Este hallazgo nos puede hacer sospechar nefrotoxicidad o también riñón de mieloma, debido a los cilindros depositados en los túbulos. (Figura 1), – Ecografía Doppler: La perfusión será normal con el Doppler color y el índice de resistencia estará aumentado en el Doppler pulsado. (Figura 2), ♦ Necrosis cortical: Aparece una banda anecoica cortical en la ecografía bidimensional y ausencia de flujo cortical con el Doppler color. ♦ FRA vascular: Trombosis de arteria renal principal. Ausencia de flujo arterial dentro del parénquima renal con el Doppler, aunque sí se visualiza la arteria renal principal. Trombosis venosa. Aumento del tamaño y volumen renal en ecografía bidimensional. En el Doppler observaremos una típica inversión del flujo diastólico arterial.2.2. Enfermedad Renal Crónica (ERC) La ecografía resulta indispensable en la ERC, ya que, aunque no diferencia la etiología de la enfermedad que ha causado la ERC (dado que el patrón ecográfico es similar para las diversas etiologías que conducen a nefropatía terminal), sí que puede orientarnos sobre el origen vascular, intersticial o glomerular de la misma. Además, gracias a la ecografía podremos valorar si existen datos de cronicidad con adelgazamiento cortical que contraindique la biopsia renal por bajo rendimiento de esta y se desestime su realización. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS en la ERC En la imagen ecográfica de la ERC podemos encontrar: Ecografía bidimensional • Disminución del tamaño renal. El tamaño renal normal oscila entre 9-13 cm. Un tamaño renal inferior a 9 cm se considera anormal, aunque hay que tener en cuenta los datos antropométricos del paciente ya que el tamaño renal se relaciona con la edad, el sexo, la altura y la superficie corporal, entre otros factores. Debemos evitar obtener falsas imágenes de riñón pequeño, debido al corte renal tangencial u oblicuo, por lo que recomendamos realizar varias mediciones para comprobar que las medidas de las longitudes renales son correctas y el corte es el adecuado. El tamaño renal debe ser simétrico bilateralmente no debiendo existir una asimetría renal mayor a 1.5 cm. • Adelgazamiento de la corteza renal. Generalmente en la práctica, un espesor del parénquima menor de 1 cm indica cronicidad. No existen datos exactos sobre el espesor normal de la corteza renal, pero valores inferiores a 7 mm se consideran anormales así como valores inferiores a 12 mm cuando nos referimos a la totalidad del parénquima (corteza y médula), La valoración se hará en el corte transversal en el que la imagen del riñón se debe mostrar en forma de “C”. El adelgazamiento cortical suele ser más frecuente en la nefropatía vascular y puede indicar daño renal relacionado con la nefroangioesclerosis. (Figura 3) y (Figura 4) • Aumento de la ecogenicidad del parénquima, que nos informa de la presencia de esclerosis y fibrosis, es decir, de daño crónico. Normalmente compararemos la ecogenicidad del parénquima renal con el del hígado o con el bazo, y una ecogenicidad aumentada de la cortical en comparación con el hígado o bazo nos hará sospechar de daño renal crónico. (Figura 5), Debemos tener en cuenta la presencia de esteatosis hepática, que aumenta la ecogenicidad del hígado, pudiendo dar lugar a confusión y a informar un parénquima renal normal de forma equivocada (Figura 6), • Mala diferenciación entre la corteza y el seno renal. El gran aumento de la ecogenicidad del parénquima renal por la fibrosis y esclerosis puede hacer que no podamos diferenciarlo de la grasa del seno renal, dándonos mucha información sobre el daño crónico renal (Figura 5), • Riñones desestructurados, en los cuales no podemos identificar las estructuras renales; corteza renal, parénquima, médula, seno renal, etc. • Quistes renales. La frecuencia de quistes simples se incrementa al progresar el trastorno renal, Ecografía Doppler: – Doppler Color: Suele ser normal o perfusión discretamente disminuida. – Doppler pulsado: Registro espectral con disminución de la altura de la diástole o desaparición de ésta. Índice de resistencia aumentado, por encima de 0.8. SITUACIONES ESPECIALES DE LA ERC • Enfermedad glomerular: En las primeras etapas de la enfermedad, los riñones suelen ser normales y en las fases más avanzadas encontraremos los hallazgos ecográficos habituales de la enfermedad renal crónica anteriormente descritos. • Enfermedad renal diabética: En las fases iniciales, la imagen ecográfica más típica es el aumento del tamaño renal o nefromegalia (>13 cm) coincidiendo con la fase de hiperfiltración. En las etapas finales de la ERC, los riñones pueden ser normales en tamaño y aspecto ecográfico o presentar el aspecto ecográfico típico de una ERC, es decir, riñones disminuidos de tamaño con hiperecogenicidad cortical y mala delimitación corticomedular. • Nefropatía tubulointersticial crónica: El hallazgo ecográfico más típico es el incremento de la ecogenicidad medular. Según progrese la enfermedad, podemos ir encontrando calcificaciones en papilas, seno renal, necrosis papilar y en etapas finales de la ERC, cicatrización cortical que se manifiesta como escaras o retracciones de la misma. • Enfermedad crónica renovascular: Lo más característico es la asimetría en el tamaño renal con disminución del espesor cortical y tamaño en el riñón estenótico. Una diferencia en el tamaño renal de 1,5 cm. nos debe hacer sospechar esta patología. • Enfermedad renal poliquística autosómica dominante: presencia de múltiples quistes, corticales y medulares de diferente tamaño asociado a nefromegalia (Figura 7), • Enfermedad quística adquirida: quistes pequeños y atrofia cortical en paciente en enfermedad renal de larga evolución (Figura 8),3. NEFROCALCINOSIS 3.1. Definición, tipos y etiopatogenia La nefrocalcinosis (NC) se caracteriza por el depósito de calcio, en forma de oxalato o fosfato cálcico, en el parénquima renal y túbulos La NC puede ser sospechada en base a un trastorno conocido en estudio, o lo más habitual, un hallazgo casual tras la realización de una ecografía renal y que obliga a investigar la causa subyacente para un manejo lo más temprano y preciso posible. Existen varias clasificaciones de la NC: a.- Por el tamaño de los depósitos de calcio: molecular, medible por el aumento de calcio intracelular; microscópico, visible al microscopio óptico; y macroscópico, visible en imagen radiológica.b.- Según la causa que genere la NC: Se puede clasificar a su vez en dos tipos: distrófica, debido a la desnaturalización del tejido renal por necrosis, abscesos o hematomas y metastásica debido a estados hipercalcémicos c.- Según la localización del depósito de calcio, Esta es la clasificación que usamos en el diagnóstico ecográfico. – NC cortical: El calcio se deposita sobre todo en el córtex renal (3 %) – NC medular: el calcio se deposita en la médula renal (97%) 3.2. Imagen ecográfica y diagnóstico diferencial El hallazgo más característico que podemos encontrar en la ecografía es el aumento de ecogenicidad en la cortical renal (NC cortical) (Figura 9) o de una parte o de la totalidad de las pirámides medulares (NC medular), generalmente asociando sombra acústica posterior (Figura 9), También puede verse en médula, en cálices y un aumento difuso de la ecogenicidad, que inicialmente no muestra sombreado posterior. Aunque no hay una prueba de imagen diagnóstica definida como patrón oro, la ecografía y la TAC son las pruebas más indicadas para la detección de la NC, puesto que son más sensibles que la radiografía simple de abdomen. En ambas pruebas, la NC se puede graduar usando una escala de ecogenicidad de 0 a 3, donde 0 es ausencia, 1 es leve, 2 moderada y 3 es severa. En un estudio de 22 pacientes con hipoparatiroidismo, la ecografía se demostró superior a la TAC en la evaluación de NC leve a moderada y es la técnica preferida por su elevada concordancia intra e interobservador, ausencia de radiación, bajo coste y fácil acceso. Se debe establecer un diagnóstico diferencial con la nefritis intersticial crónica que presenta habitualmente una ecogenicidad menos marcada, con mínima o ausencia sombra acústica posterior y con las nefrolitiasis, dónde veremos el cálculo en el sistema colector y no en el parénquima.4. INFECCIONES RENALES 4.1. Pielonefritis Las Infecciones del tracto urinario (ITUs) son comunes en ambos sexos, aunque se dan con más frecuencia en las mujeres, La estructura anatómica del aparato urinario, que comunica con el exterior, dota a este sistema de mayor susceptibilidad para ser colonizado por microorganismos, especialmente por Escherichia Coli. Las ITUs podemos clasificarlas según afecten a vías bajas (cistitis-uretritis) o vías altas (pielonefritis), Cuando las infecciones que afectan a la vejiga migran de forma ascendente o por vía hematógena, puede dar lugar también a la afectación del tracto urinario superior. La pielonefritis es una infección que compromete al parénquima y al sistema colector renal.4.1.1. Pielonefritis aguda La Pielonefritis Aguda (PNA) es una inflamación tubulointersticial renal que se desarrolla por diseminación ascendente desde la vejiga o por vía hematógena. Es una infección que puede afectar a la totalidad del parénquima renal (PNA difusa) o a una parte del riñón (PNA focal). El diagnóstico es eminentemente clínico y microbiológico. Las pruebas de imagen no son imprescindibles para el diagnóstico y tratamiento de rutina de la PNA. Sin embargo, si la evolución clínica no es la esperada, las pruebas de imagen podrán revelar complicaciones o anomalías anatómicas que influirán en el manejo de la enfermedad, La ecografía será de gran utilidad para descartar complicaciones como dilatación de la vía excretora, colecciones perirrenales o abscesos factores de riesgo, como la litiasis. La ecografía es la prueba de elección en niños y embarazadas y hemos de optimizar su información para evitar en lo posible otras pruebas complementarias más cruentas. En nuestra opinión, la ecografía debería de realizarse en todo paciente con PNA. Sin embargo, en la práctica habitual la ecografía renal está indicada en PNA complicada con gravedad clínica y que cumpla al menos uno de los criterios enumerados a continuación: • Respuesta inapropiada tras 72 horas de antibioterapia o persistencia de fiebre tras 72 h de tratamiento antibiótico dirigido frente al microorganismo aislado. • En caso de anomalías estructurales o funcionales del aparato urinario como la duplicación del sistema calicial, que es la anomalía congénita más frecuente, • En pacientes de riesgo: diabéticos, ancianos e inmunodeprimidos. • Valorar severidad y secuelas de la PNA. • En paciente monorreno. • En pacientes con insuficiencia renal aguda asociada. • Shock séptico. • Cólico renal recurrente. • Hematuria franca. • Presencia de masa renal. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS DE LA PNA En la mayoría de los casos de PNA, la exploración ecográfica será normal. En otras ocasiones, observaremos: (Figura 10) • Aumento del tamaño renal, que suele resolverse en 2-3 semanas, • Pérdida de la diferenciación cortico-medular • Compresión del seno renal. • Ecogenicidad disminuida o aumentada: por edema (focos hipoecoicos) o hemorragia (focos hiperecoicos) • Áreas de hipoperfusión renal con baja señal de power doppler • Hidronefrosis • Masa o masas mal definidas Gas en el parénquima renal, que pueden ser difícil de distinguir de las calcificaciones, en PNA enfisematosa (Figura 11), Debemos realizar el diagnóstico diferencial además de con los cálculos renales, con la nefrocalcinosis y el gas intestinal.4.1.2. Pielonefritis crónica Las pielonefritis agudas recurrentes o los cambios que presenta el riñón tras un episodio de pielonefritis aguda pueden dar lugar a una Pielonefritis Crónica (PNC). La PNC también está relacionada también con el reflujo vesicoureteral (RVU) el cual se presenta como cicatrices corticales por retracción papilar. El RVU se inicia en la infancia, afectando aproximadamente al 1-2 % de niños sanos y hasta el 40% de niños con infecciones del tracto urinario. Puede ser uni o bilateral, aunque generalmente es asimétrico. El 30% de estos pacientes tendrán evidencia de cicatriz renal en el futuro, HALLAZGOS ECO GR ÁFICOS Los hallazgos en la ecografía renal de la PNC se caracterizan por (Figura 12) : • Atrofia y adelgazamiento cortical • Engrosamiento en forma de “porra” de los cálices por atrofia de la papila renal. Cálices dilatados y redondeados en forma roma. • Engrosamiento y dilatación del sistema pielocalicial. • Asimetría renal. • Cicatrices corticales 4.2. Absceso renal y perirrenal Los abscesos renales y perirrenales pueden aparecer tras una pielonefritis aguda no tratada, tratada de forma inadecuada, hematoma o urinoma perirrenal infectado o por diseminación hematógena. HALLAZ GOS ECOGR ÁFICOS Los hallazgos ecográficos se caracterizan por masas quísticas complejas, con pared gruesa, material ecogénico en su interior y tabicaciones. El absceso puede ser isoecoico a la corteza renal y, en ocasiones presentar refuerzo posterior. Debemos establecer el diagnóstico diferencial con el quiste infectado que tiene la pared más delgada, el quiste simple que es anecoico y de pared imperceptible, con el quiste hemorrágico (Figura 13) y con el carcinoma quístico de células renales.4.3. Pionefrosis La pionefrosis es la presencia de material purulento en el sistema colector obstruido. Se puede dar a cualquier nivel, incluso en el uréter. Un tratamiento correcto y temprano es importante para evitar el shock séptico, que tiene una mortalidad aproximada del 50 %. En la juventud es más común que se desarrolle por obstrucción litiásica en la unión ureterovesical y en personas de edad avanzada es esencial descartar una neoplasia. HALL A ZGOS ECO GRÁ FICOS A diferencia de otras infecciones, la pionefrosis se visualiza de forma óptima mediante la ecográfia, donde podemos observar: • Hidronefrosis y/o ureterohidronefrosis. • Presencia de ecos persistentes en el sistema excretor con detritus móviles en el sistema colector, depositados en la parte declive, que se pueden observar al modificar la posición del paciente. • Gas en sistema colector. • Presencia de litiasis. • Contenido con niveles líquido-líquido.4.4. Pielonefritis Xantogranulomatosa La Pielonefritis Xantogranulomatosa es una infección crónica que se asocia normalmente a una obstrucción crónica por litiasis, causando destrucción del parénquima renal y sustituyéndolo por células xantomatosas. Habitualmente se presenta de manera unilateral. HALLAZGO S ECOGRÁ FICOS Entre los hallazgos ecográficos podemos encontrar: • Aumento del tamaño renal. • Gran cálculo amorfo en la pelvis renal. • Pérdida de la estructura renal • Dilatación calicial.5. ENFERMEDADES QUÍSTICAS La detección de quistes es un motivo frecuente de consulta al especialista de urología y nefrología. Su prevalencia aumenta con la edad y con el descenso del filtrado glomerular. Cuando valoramos los quistes es importante medir la cantidad, diámetro máximo, la existencia de realce posterior, presencia de ecos internos, anomalías en la pared y conexión con otras estructuras, para poder llegar a un diagnóstico preciso y acorde al contexto clínico. Los quistes de más de 1 cm. de diámetro se clasifican, tras la realización de una TAC, según su aspecto, riesgo de desarrollo de neoplasia y manejo, según la clasificación de Bosniak,5.1. Quiste cortical simple Pertenece a la clase I de Bosniak, con un riesgo de malignización del 0 %, Una vez detectado en la ecografía, no precisa de una prueba de imagen diagnóstica adicional. El significado patológico de un quiste aislado es prácticamente nulo, puesto que no suele dar clínica y no afecta a la función renal, por lo que habitualmente es un hallazgo casual. Son raros en el paciente joven con función renal normal, por lo que en su presencia nos obliga a indagar una patología poliquística. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS En la ecografía cumplen unos criterios muy estrictos con una fiabilidad del 100 %, Se presentan en forma de masas circulares u ovoides homogéneas de contenido anecoico situadas en la corteza renal o que salen de ella (Figura 14), Las paredes del quiste suelen ser lisas y finas, incluso a veces indetectables. Debido a la ausencia de atenuación del eco por el líquido interno, presentan un refuerzo de la pared posterior del quiste y del tejido distal a este, al compararlo con el tejido contiguo. Es importante describir su diámetro máximo, localización y compresiones si las hubiera. Debemos evitar su valoración tangencial, que puedan dar lugar a un artefacto con ecos internos y pared irregular, En caso de dudas, con la ecografía con contraste (CEUS), el quiste se mantiene anecoico, con márgenes uniformes y sin mostrar señal. Debemos establecer un diagnóstico diferencial con las dilataciones caliciales, situadas en el seno renal, de pared más gruesa y conectadas con otros cálices. También diferenciarlos de las pirámides renales, que son de disposición regular, no son anecoicas y no presentan refuerzo posterior. Las neoplasias no suelen ser completamente anecoicas y no tienen refuerzo posterior. Nos ayudaremos del Doppler para diferenciar un quiste de estructuras vasculares. Los quistes peripélvicos, están en el seno renal sin extenderse al parénquima y son vasos linfáticos dilatados sin ramificación, anecoicos y de paredes muy finas,5.2. Quiste complejo benigno Incluye a la clase II (0 % riesgo malignización), IIF (5-15 % riesgo) y la III (50-60 % riesgo) de Bosniak, Para su clasificación precisa de una TAC o RMN, debido a la elevada sensibilidad de la ecografía, con la que sobrestimaríamos la lesión en la clasificación. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS Ecográficamente se caracterizan por: • Ecogenicidad luminal aumentada (Figura 13) (Figura 15) debido a hemorragia y/o infección (indistinguibles por ecografía) y su presencia obliga a realizar prueba de imagen adicional para distinguirla de una neoplasia. • Irregularidad focal o engrosamiento pared quística. • Calcificación: obliga a realizar un TAC (Figura 16) • Tabiques o septos: sugieren malignidad sin son gruesos, numerosos o irregulares (Figura 17) (Figura 18) (Figura 19) (Figura 20) • Apariencia multiquística. Aunque la ecografía renal no es la prueba de imagen de elección para este tipo de lesiones, puede ayudar al seguimiento en los siguientes casos: 1) Lesiones clasificadas en TAC como clase II, pero mal caracterizadas por su aspecto, deben ser sospechosas sobre todo cuando en la ecografía no presenta criterios definitivos de clase I.2) La ecografía presenta importante sensibilidad para la detección de septos internos, tanto que en ocasiones hay discordancias con el TAC que puede mostrar la ausencia de estos.3) La detección de quistes indeterminados por TAC o RMN en la clasificación de Bosniak como son los quistes hiperdensos que contienen leche renal (o calcio) pueden evaluarse por ecografía y muestran realce hiperecogénico en zona declive del quiste con sombra acústica posterior (y obviamente ausencia del realce posterior).4) La ecografía con contraste (CEUS) puede ser de ayuda en tumores hipovasculares sólidos con captación de contraste (carcinoma papilar), componente sólido (carcinoma necrótico) o lesiones indeterminadas con componente hemorrágico (necrosis). En lesiones clasificadas como atípicas indeterminadas en TAC, la ausencia de realce en el CEUS confirma una lesión quística benigna.5) Según las recomendaciones de las guías EFSUMB 2017, el CEUS permite la diferenciación entre lesiones quísticas benignas y malignas al menos con la misma precisión que la TAC, y permite el seguimiento de lesiones quísticas complejas no quirúrgicas, Los quistes complejos benignos debemos diferenciarlos de las neoplasias, abscesos, quistes hidatídicos y malformaciones vascular, apoyándonos del Doppler.5.3. Quiste complejo maligno. Incluye a la clase IV Bosniak y tiene un riesgo de malignidad del 90-100%, habitualmente por carcinoma necrótico o cístico. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS La ecografía muestra un quiste con pared engrosada e irregular con contenido sólido o nódulos vascularizados en la pared, que se realzan al contraste. (Figura 21) La caracterización completa, seguimiento y manejo depende de pruebas de imagen como la TAC y la RMN.5.4. Poliquistosis renal autosómica dominante La Poliquistosis Renal Autosómica Dominante (PQRAD) es la enfermedad renal hereditaria más frecuente y supone de un 6% a un 10% de los pacientes en terapia renal sustitutiva. La ecografía es la prueba diagnóstica de elección para el cribado en pacientes en riesgo. En ocasiones, una ecografía en caso de deterioro renal, hematuria, cólico renal, infección urinaria o en estudio de HTA en paciente joven puede suponer el diagnóstico de la enfermedad. Los criterios ecográficos para el diagnóstico de la PQRAD de Pei (Ravine modificado) se muestran en la (Tabla 1), Estos criterios tienen limitaciones, puesto que en pacientes en riesgo de PQRAD, la presencia de menos de 3 quistes en total antes de los 40 años no permite excluir la enfermedad al 100 %. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS En estadios iniciales de la enfermedad y en presencia de pocos quistes, en la ecografía veremos imágenes redondeadas anecoicas en número variable (Figura 7), un aumento del espesor cortical y escasa diferenciación corticomedular. En estadios posteriores, los quistes crecen en tamaño y número y la corteza libre de quistes es hiperecogénica. En estadios más evolucionados, la nefromegalia es evidente (Figura 7) y veremos la estructura renal alterada por una masa de quistes, algunos de ellos complicados con imágenes ecogénicas en su interior, debido a hemorragia o infección, siendo imposible por ecografía la distinción de una causa u otra. Deben examinarse todas las partes del riñón y medir su longitud, aunque en casos de enfermedad avanzada esto pueda ser dificultoso, dado que el riñón escapa a la ventana acústica del transductor. Esto es importante, puesto que una longitud renal por encima de 13 cm implica la realización de volumetría renal (por RMN o TAC) de cara a la indicación de tratamiento específico, Valoraremos la presencia de litiasis, dilatación de vía y la presencia de quistes en hígado, páncreas y bazo, que ayuden al diagnóstico. Estableceremos el diagnóstico diferencial con la presencia de múltiples quistes bilaterales en ausencia de un tamaño renal aumentado e insuficiencia renal, a diferencia de la PQRAD donde la arquitectura renal está más alterada. La enfermedad quística adquirida presenta quistes de menor tamaño con zonas de parénquima libre y riñones más pequeños (incluso atróficos) que se da en pacientes con largo tiempo de evolución en terapia renal sustitutiva. Veremos quistes muy pequeños en la PQRAR y también en la enfermedad quística medular (Figura 22), que serán de predominio medular. La diferenciaremos de la esclerosis tuberosa, donde veremos angiomiolipomas y otras alteraciones clínicas en otros órganos y de la enfermedad de Von Hipple-Lindau, ecográficamente muy similar a la PQRAD, que está asociada a carcinoma renal en paciente joven. Por último, la diferenciaremos de la displasia renal multiquística y la pielonefritis xantogranulomatosa, que se presentan unilateralmente,5.5. Poliquistosis renal autosómica recesiva Trastorno recesivo que se manifiesta a diferencia de la PQRAD en primeras etapas de la infancia, con insuficiencia renal y alteraciones hepáticas y pulmonares. Su sospecha obliga a realizar el análisis mutacional del gen PKHD1. Tiene dos formas: una neonatal, más grave en cuanto a afectación renal y asociada a hipoplasia pulmonar y una juvenil de predominio hepático. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS En la ecografía veremos, en la forma neonatal unos riñones grandes, hiperecogénicos y en ocasiones con corteza hipoecogénica en relación con la médula (lo contrario de lo habitual en la infancia). En la forma juvenil, la ecografía renal puede ser normal, aunque puede haber aumento del tamaño, hiperecogenicidad y pérdida de la diferenciación corticomedular. Pueden verse quistes medulares en la ecografía de alta resolución con túbulos y colectores dilatados de disposición radial. La hepato y esplenomegalia son características.5.6. Enfermedad quística adquirida Se trata de un hallazgo habitual en los pacientes con ERC terminal transcurrido largo tiempo en tratamiento dialítico, no debido a enfermedad quística hereditaria. Se asocia a un aumento de la probabilidad de desarrollo de carcinoma renal y de hemorragia. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS La ecografía muestra un tamaño renal pequeño y contorno liso, con múltiples quistes simples pequeños o muy pequeños, de distribución bilateral (Figura 8), que en ocasiones se disponen en racimos, rodeado de parénquima hiperecogénico, lo que se llama imagen de “queso suizo”.5.7. Enfermedad quística medular Trastorno autosómico dominante que se manifiesta en la adolescencia y juventud, al igual que su trastorno asociado, la nefronoptisis juvenil familiar. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS La ecografía muestra inicialmente riñones ecogénicos, de tamaño pequeño, contorno liso, pérdida diferenciación corticomedular y excepcionalmente, quistes medulares (Figura 23),5.8. Displasia renal multiquística Trastorno no hereditario, principal causa de quistes en la infancia, debido a un defecto en el desarrollo renal. También es llamado riñón multiquístico. HALLAZGOS ECOGRÁFICOS En la ecografía, en muchas ocasiones realizada en el periodo prenatal, se aprecia una masa multiquística unilateral de gran tamaño con distorsión o ausencia del parénquima renal, que con el tiempo se reduce dando lugar a un riñón atrófico y ecogénico. En algunos casos se asocia a afectación hidronefrótica y/o reflujo vesicoureteral contralateral,5.9. Enfermedad de Von Hipple-Lindau Trastorno multiorgánico raro de herencia autosómica dominante, con presencia de quistes bilaterales dispersos, difícilmente distinguible por ecografía de la PQRAD y asociado a presencia de adenocarcinoma renal sólido y quístico. La RMN o la TAC son las pruebas de elección para su diagnóstico, puesto que son capaces de detectar mejor que la ecografía las lesiones renales malignas y las extrarrenales (feocromocitomas, paragangliomas, hemangioblastomas) 5.10. Neoplasia renal quística: Nefroma quístico multilocular / Tumor Estromal y Epitelial Mixto (MEST) De presentación muy rara, son lesiones benignas, sólidas mixtas y tumores renales císticos de predominio en varones menores de 4 años y en mujeres de 4 a 20 y 40 a 60 años, HALLAZGOS ECOGRÁFICOS En la ecografía veremos una masa multiquística unifocal encapsulada bien definida de paredes gruesas y con septos prominentes, con el resto de masa renal respetada. Algunos quistes se pueden herniar a la pelvis produciendo defecto de llenado. A diferenciar de procesos que se presenten como agrupación quística. Con el CEUS presenta realce. Suele ser extirpado quirúrgicamente dada su imposibilidad de distinguirlo del carcinoma Renal. Las neoplasias de origen carcinomatoso con patrón quístico se abordan en el capítulo de Carcinoma Renal.

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¿Qué causa un foco Ecogenico?

Foco ecogénico? Qué es?https://static.wixstatic.com/media/1f67e7_06d62f58d21440da81c41475e1da6d34f000.jpg/v1/fit/w_640%2Ch_480%2Cal_c%2Cq_80/file.jpgCEMAPSanta Fe

  • Un tema que a veces (casi siempre en realidad) asusta es el del Foco ecogénico en el corazoncito de los bebés.
  • Con el avance de la tecnología podemos verlo en embarazos cada vez más precoces.
  • Es un diminuto punto blanco y brillante que aparece adentro de alguna de las cavidades del corazón(lo mas frecuente en el ventrículo izquierdo), puede ser único o puede haber más de uno.

Se trata un pequeño depósito de calcio en el interior del músculo cardíaco. Al bebé no le genera ninguna molestia, dolor o alteración en la función cardíaca.

  1. Hay que recordar que es muy frecuente de encontrar, y que no se trata de una enfermedad o un síndrome.
  2. Este pequeño foco por lo general va disminuyendo de tamaño a medida que progresa el embarazo hasta desaparecer por completo en el tercer trimestre.
  3. En caso de no desaparecer, no hay que desesperar, el bebé puede nacer con esa microcalcificación sin generarle problema alguno.
  4. Cuando se trata de embarazos de bajo riesgo, se solicita (de rutina) una ecografía morfológica en semana 20-24 para evaluar completamente el desarrollo del bebé, incluido el estudio del corazón.
  5. En casos de embarazos de alto riesgo siempre es conveniente, además, sumar el ecocardiograma fetal en semana 24-26 aproximadamente.
  6. En cualquier caso siempre les recomiendo no leer información dudosa en páginas encontradas en google y siempre despejar las dudas adentro del consultorio del médico tratante o médico ecografista.
  7. Para sacar turno para ecografías o ecocardiograma fetal pueden entrar en o mandar whatsapp al 3424622138

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¿Qué es una imagen Hipoecogenica?

Una imagen hipoecogénica se produce cuando hay una reflexión intermedia de ondas de US como por ejemplo puede ocurrir en un contenido líquido hemorrágico o con alto contenido de proteína o en lesiones sólida con baja celu- laridad.

¿Qué es Hiperecogénico en ecografía?

Varios exámenes podrían requerirse para determinar la causa de un sangrado anómalo ESTIMADA MAYO CLINIC: Tengo 40 años y después de una menstruación que duró casi dos meses, los exámenes realizados mostraron una pequeña lesión hiperecogénica dentro del endometrio.

  • ¿Qué significa eso exactamente? Mi médico de cabecera sugirió la histerectomía como tratamiento, pero ¿hay otras maneras de tratar esta afección? RESPUESTA: Muchas gracias por enviar esta pregunta tan importante.
  • A pesar de que esto pueda ser motivo de mucha confusión y duda, espero poder ayudarla con la respuesta.

El endometrio es la capa de células que compone el revestimiento uterino y no es raro que se formen pequeñas lesiones en ese revestimiento. Cuando eso ocurre, la lesión puede provocar un sangrado uterino anómalo, similar al que usted tuvo. En ciertos casos, las lesiones del endometrio pueden ser señales de un problema mayor, como un cáncer, aunque la mayoría de veces, no son cancerosas ni plantean ningún riesgo grave para la salud.

  • La palabra “hiperecogénico” describe la apariencia del tejido en la ecografía.
  • Es un término poco específico para indicar que durante la ecografía, el tejido reflejó gran cantidad de ecos, lo que es inusual.
  • Si bien la ecografía es un medio importante de evaluar los sangrados uterinos anómalos, no siempre puede brindar toda la información necesaria para diagnosticar la causa subyacente ni para determinar el mejor tratamiento.

Ese parece ser el caso en su situación. A fin de obtener más información y ayudarla a decidir cuál tratamiento optar, si en realidad necesita alguno, posiblemente sea preciso realizar otros exámenes primero. Dicha evaluación más profunda puede realizarse mediante un sonohisterograma o una histeroscopia.

  • El sonohisterograma es un tipo de ecografía resaltada, durante la cual se introduce una sonda a través de la vagina y cuello uterino a fin de inyectar un líquido dentro del útero.
  • Una vez inyectado el líquido, la ecografía permite al médico buscar cualquier problema en el revestimiento uterino.
  • El líquido facilita al médico la visualización de anomalías endometriales.

En la histeroscopia, se introduce en el útero un pequeño telescopio iluminado, llamado histeroscopio, a través del cuello uterino. Luego, el médico inyecta solución salina para expandir la cavidad uterina y examinar las paredes del útero. Cuando estos exámenes confirman la presencia de una lesión en el útero, el médico posiblemente recomiende extirparla.

Una vez extirpada la lesión, se la examina para detectar señales de cáncer. En muchos casos, la extirpación de la lesión puede realizarse mediante un procedimiento quirúrgico de invasión mínima, el cual generalmente se lleva a cabo en el consultorio médico y no requiere hospitalización. Cuando los exámenes adicionales no revelan ninguna lesión del endometrio, lo conveniente es hablar con el médico respecto a otras causas factibles para un sangrado anormal y las posibles alternativas de tratamiento.

A pesar de que los sangrados menstruales fuertes sean comunes entre las mujeres de su edad, un sangrado que dura meses no es normal y amerita evaluación. A partir de su descripción, yo no le recomendaría una histerectomía por el momento. Ambas afecciones, o sea el sangrado uterino anómalo y la lesión endometrial, deben evaluarse más a fondo, según lo mencioné antes.

  • Existen varias alternativas de tratamiento para los sangrados uterinos anómalos, y por lo general, las lesiones endometriales suelen ser factibles de extirpar de forma segura, sin necesidad de extraer todo el útero.
  • A medida que sus exámenes y evaluaciones avancen, considere buscar atención médica especializada y consultar con un médico enfocado en ginecología o salud femenina.

, Obstetricia y Ginecología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota : Varios exámenes podrían requerirse para determinar la causa de un sangrado anómalo

¿Cómo saber si un nódulo es benigno o maligno?

¿Cómo puedo saber si un nódulo es benigno? – Para poder determinarlo es necesario realizar una ecografía y analítica con función tiroidea. Se calcula que un 95% de los nódulos son benignos pero para saberlo es necesario realizar una PAAF (punción, aspiración, aguja, fina).

¿Cómo se sabe si un nódulo es maligno?

Biopsia – El diagnóstico definitivo de cáncer de tiroides se hace con una biopsia, en la que se obtienen células del área sospechosa y se analizan en el laboratorio. Si su médico cree que se necesita una biopsia, la manera más simple de saber si un nódulo o protuberancia en la tiroides es canceroso o no es mediante una biopsia por aspiración con aguja fina (FNA) del nódulo tiroideo.

A veces este tipo de biopsia se puede realizar en el consultorio o la clínica de su médico. Antes de realizar la biopsia, se podría inyectar una anestesia local (medicamento para adormecer) en la piel encima del nódulo, pero en la mayoría de los casos no se necesita un anestésico. Su médico colocará una aguja fina y hueca directamente en el nódulo para obtener algunas células y unas pocas gotas de líquido en una jeringuilla.

Por lo general, el médico repite el procedimiento dos o tres veces para tomar muestras de varias áreas del nódulo. Las muestras de biopsia luego se envían a un laboratorio, en donde se analizan para saber si las células lucen cancerosas o benignas. El sangrado en el lugar donde se realiza la biopsia ocurre pocas veces excepto en las personas que tienen padecimientos hemorrágicos.

Asegúrese de informar a su médico si presenta problemas con sangrado o si usted está tomando medicinas que podrían causar hemorragia, como aspirina o anticoagulantes. Por lo general, se debe realizar esta prueba en todos los nódulos tiroideos que están lo suficientemente grandes como para ser palpados.

Esto significa que son más grandes de un centímetro (alrededor de 1/2 pulgada) de ancho. A menudo los médicos usan una ecografía para observar la tiroides durante la biopsia, lo que ayuda a asegurar que se obtienen muestras de las áreas correctas. Esto es especialmente útil para nódulos más pequeños.

  • También, las biopsias FNA se pueden usar para obtener muestras de ganglios linfáticos hinchados en el cuello con el fin de saber si contienen cáncer.
  • Algunas veces será necesario repetir una biopsia FNA, ya que las muestras no contenían suficientes células.
  • La mayoría de las biopsias FNA indicarán que el nódulo tiroideo es benigno.

En pocas ocasiones, los resultados de la biopsia indican que el nódulo es benigno aun cuando hay cáncer. El cáncer es diagnosticado claramente en aproximadamente sólo una de cada 20 biopsias FNA. Algunas veces, los resultados de la prueba primero se clasifican como “sospechosos” o “de significado incierto” si los hallazgos de la FNA no indican claramente si un nódulo es benigno o maligno.

Si esto ocurre, el médico puede ordenar pruebas de laboratorio en la muestra (vea información más adelante). Si el diagnóstico no está claro después de la biopsia FNA, es posible que se necesite una biopsia más compleja para obtener una mejor muestra, particularmente si el médico tiene razones para creer que el nódulo puede ser canceroso.

Esto pudiera incluir una biopsia por punción usando una aguja más grande, una biopsia “abierta” quirúrgica para extraer el nódulo, o una lobectomía (extirpación de la mitad de la glándula tiroidea). Las biopsias quirúrgicas y las lobectomías se realizan en el quirófano (sala de operaciones) mientras usted está bajo anestesia general (dormido profundamente).

¿Qué diferencia hay entre un nódulo y un tumor?

Un nódulo es sólido y un quiste contiene líquido. La sospecha tumoral es mayor para un nódulo sólido que para un quiste. Cuanto mayor sea el tamaño de un nódulo, mayor es la probabilidad de que se trate de un cáncer, aunque esto depende de muchos otros factores. El más importante de ellos es el crecimiento.

¿Cuándo es preocupante un nódulo?

Cuándo debes consultar a un médico – Aunque la mayoría de los nódulos tiroideos no son cancerosos y no causan problemas, pídele a tu médico que evalúe cualquier hinchazón inusual en tu cuello, especialmente si tienes problemas para respirar o tragar. Es importante evaluar la posibilidad de cáncer. Busca atención médica si desarrollas signos y síntomas de hipertiroidismo, tales como:

Pérdida de peso repentina aunque tu apetito es normal o ha aumentado Palpitaciones cardíacas Trastornos del sueño Debilidad muscular Nerviosismo o irritabilidad

También consulta a tu médico si tienes signos y síntomas que pueden significar que tu glándula tiroides no está produciendo suficiente hormona tiroidea (hipotiroidismo), que incluyen:

Sentir frío Sentirse cansado más fácilmente Piel seca Problemas de memoria Depresión Estreñimiento

¿Qué tamaño tiene que tener un quiste de ovario para operar?

?? Tratamiento para el quiste de ovario – Los quistes simples de ovario o disfuncionales por definición desaparecen solos, aunque es muy extendido el uso de anticonceptivos orales para facilitar su desaparición. Sin embargo, estudios recientes aleatorizados que el tratamiento con anticonceptivos orales no aporta ningún beneficio.

Un quiste simple de menos de 5 cm normalmente no requiere tratamiento quirúrgico, suelen desaparecer solos. Con 5-7 cm se suele hacer seguimiento. Si supera ese tamaño es posible que se te solicite una resonancia magnética y/o cirugía. Esto puede cambiar según los protocolos de cada centro.

En el caso de tener síntomas o la ecografía no es tranquilizadora (como los quistes complejos) habrá que hacer otras pruebas y plantear según los resultados el tratamiento adecuado, posiblemente quirúrgico, lo habitual es realizar la operación por laparoscopia. Laparoscopia En caso de quistes muy grandes o sospechoso de malignidad es posible que se te realice una cirugía abierta ( laparotomía ).

¿Qué significa imagen Hipoecogénica?

Una imagen hipoecogénica se produce cuando hay una reflexión intermedia de ondas de US como por ejemplo puede ocurrir en un contenido líquido hemorrágico o con alto contenido de proteína o en lesiones sólida con baja celu- laridad.

¿Qué es una imagen Isoecoica?

The black arrow is marking the Psoas Muscle, which «cradles» the right kidney. – El océano(mar) me agita el corazón, me inspira la imaginación y me trae alegría eterna al alma. Se acabó la parte más teórica de la ecografía, ahora toca disfrutar con las imágenes.

En este post vas a aprender como se ven las estructuras y su comportamiento ecográfico según de la naturaleza que estén hechos. En radiología tenemos una serie de densidades que tenemos que estudiar cuando hacemos un estudio radiológico, en ecografía, el comportamiento de esas densidades es vital para poder identificar estructuras y patologías.

El comportamiento de esas estructuras cuando interaccionan con el haz ultrasónico va a dar una serie de imágenes, entre el blanco y el negro y todos los grises que hay entre medias, según sean negro, gris oscuro, gris, gris claro o casi blanco vamos a poder identificar esas estructuras como son, el agua, la grasa, el hueso, el airebueno, el aire no, ya sabes que en ecografía el aire provoca ausencia de informaciónLo bueno de la ecografía a diferencia de la radiología convencional es que es capaz de identificar diferentes densidades de agua, por ejemplo, sangre, pus, etc.

Vamos a utilizar una serie de palabras para identificar esa representación de grises, es el argot de la ecografía y eso tiene un nombre, se conoce como la ECOGENICIDAD de la estructuraseso es lo que voy a intentar explicar en este Postadelante Anecoico o anecogénico: No devuelve ecos de retorno, cuando el haz llega a una estructura anecoica, esta va a dejar pasar todo el tren de ultrasonidos y es típico comportamiento del líquido, y donde tenemos líquido en el cuerpo, Vejiga (Orina), Vesícula (Bilis), Vasos (Sangre), LCR (Líquido cefalo-raquídeo)También estructuras patológicas como los Quistes simples,que tienen un contenido acuosobien todas estas estructuras se van a ver en la imagen en colo negro.

Por tanto, Anecoico=Negro. Hipoecogénico o Hipoecoico: Estas estructuras devuelven muy pocos ecos, su aspectos no es negro, pero tienden a un gris muy oscuro y son multitud de estructuras las que se ven así, tanto normales, como patológicas. Isoecogénico o Isoecoico : Estas estructuras tienen un comportamiento que identificamos igual a la estructura con la que la comparamos, es decir, dentro de la escala de grises de mi equipo, ambas estructuras, aunque distintas anatómicamente, tienen que verse igual, es decir, del mismo gris, por ejemplo, el parénquima hepático y la corteza renal son isoecogénicas, es decir, iguales, el mismo gris.

¿Qué es una imagen hipoecoica?

Ecografía para enfermería: ¿Te atreves a encontrar las diferencias? | Centro de Simulación Clínica Qué Significa La Palabra Ecogenicidad Estas imágenes ecográficas responden a la exploración del miembro superior de un mismo paciente.

¿Qué estructuras sabrías identificar? ¿Qué diferencias encuentras en la imagen? ¿Qué crees que ha sucedido? ¿Sabrías valorar la profundidad de las diferentes estructuras?

La valoración vascular mediante ecografía es sencilla si conoces los principios básicos de la ecografía, Al final, todo se resume a un envío por el ecógrafo de haces de ultrasonido y recepción de la respuesta o eco a los mismos. Los diferentes tejidos pueden reflejar, absorber, dispersar o refractar estas ondas.

Hiperecogénico o hiperecoico : Genera mucho eco a las ondas ecográficas. La imagen es gris/blanco brillante. Un ejemplo sería el hueso.

Hipoecogénico o hipoecoico : La reflexión de las ondas de ultrasonido es media. La imagen es menos brillante con un tono más grisaceo, dependiendo de la homogeneidad del tejido se verán diferentes gamas de grises, un ejemplo son los tejidos blandos como el hígado, bazo, músculos

Qué Significa La Palabra Ecogenicidad

Anecoico: Estructuras que no reflejan las ondas de ultrasonidos. A la vista se ven de color negro o gris muy oscuro. Suelen ser estructuras con líquido, como, por ejemplo, la vejiga o los vasos sanguíneos.

Qué Significa La Palabra Ecogenicidad Esta pequeña explicación puede ayudarte en el desafío que te he comentado anteriormente. Para poder identificar estructuras tienes que saber cómo reflejarán éstas los ultrasonidos. En la primera imagen, podías observar 3 vasos sanguíneos del brazo. A la derecha; uno de más calibre, a la izquierda; dos más pequeños. Qué Significa La Palabra Ecogenicidad,En la segunda imagen ya solo vemos un vaso, los otros dos han desaparecido. ¿Qué ha ocurrido? Simplemente, que hemos aplicado presión con el transductor, al hacer esto 2 vasos han colapsado y uno no. Esto nos indica que, muy probablemente, los vasos que “han desaparecido” son vasos venosos (mucho más fáciles de colapsar) y que el que sigue apareciendo es un vaso arterial. Qué Significa La Palabra Ecogenicidad Este pequeño ejemplo os muestra cómo podemos distinguir los diferentes tipos de vasos de cara a la canalización de una vía periférica, por ejemplo. Son algunas de las cosas que practicaréis y trabajaréis en el ¿Quieres poder usar esta herramienta tan potente en tu día a día? Piérdele el miedo y descubre otra forma de aprender ecografía con un curso pensado para que practiques, practiques y practiques.